Metodológicamente, es necesario partir de las siguientes premisas para realizar un estudio histórico-económico-estadístico:
a. Definición del problema a investigar y si requiere para su auscultamiento un análisis cuantitativo de carácter histórico.
b. Ubicación de la existencia de información cuantitativa, confiable y comparable en diferentes períodos de tiempo.
c. Determinación del grado de simplificación o complejidad del tratamiento estadístico de los datos.
a. Definición del problema a investigar y si requiere para su auscultamiento un análisis cuantitativo de carácter histórico.
Este trabajo es un esfuerzo de investigación usando técnicas estadísticas aplicadas a la indagación histórica de problemas económicos.
En teoría económica, se sostiene que existe una tendencia en las economías de mercado, al predominio histórico de la gran empresa, con relación al resto de las empresas.
Probablemente existe la idea de que estas son verdades tan evidentes que no necesitan ser demostradas; sin embargo, da la impresión de que cuando se habla o escribe sobre políticas de fomento a la micro, pequeña y mediana empresa se considera posible la existencia de una situación histórica en la que predomine la micro, pequeña y mediana empresa.
Dilucidar la posibilidad histórica de esta situación de supuesto predominio en el mercado de la micro y pequeña empresa implica, entre otros análisis, el establecimiento de estratos de empresas, y el examen de su rol o de su poder de mercado en diferentes períodos de tiempo midiendo ciertas variables económicas.
Nos interesa en este trabajo, explorar estadística e históricamente, el “peso” que tiene la pequeña, mediana y gran empresa en la estructura empresarial y su poder de mercado a través de ciertos indicadores cuantitativos.
Seguramente las conclusiones generales que se deriven de nuestra exploración tendrán validez tanto para nuestro país como para otros países latinoamericanos e incluso, en elementos estructurales y funcionales, de la estructura empresarial en países desarrollados debido a que las leyes de la economía de mercado tienen cierto grado de unicidad, en dimensiones como la estratificación empresarial.
El resultado de nuestro análisis muestra que en ningún período de la historia económica de El Salvador, la micro, pequeña y mediana empresa han tenido un papel predominante en el mercado; desde que existen registros estadísticos sistemáticos, se muestra el papel predominante de la gran empresa.
b. Ubicación de la existencia de información cuantitativa, confiable y comparable en diferentes períodos de tiempo.
Un aceptable método de procesamiento estadístico, es el basado en la recopilación minuciosa de la información censal, desde el primer censo económico, complementadolos, para efectos de actualización, por la información de las encuestas industriales para el período más reciente.
De manera que la fuente de datos, cuando son censales, tiene un carácter permanente e histórico y los análisis que se realizan, se apoyan en una fuente de información bastante confiable, consistentemente trabajada con recursos que es difícil encontrar en otras fuentes de información.
Pero los datos estadísticos expresan y desarrollan propiedades y conocimientos cualitativos de los fenómenos, por ello, la historia estadística, si pretende ser historia económica, tiene que apoyarse en una teoría económica.
Las reflexiones y argumentos que aquí presentamos, tienen implícito un trasfondo teórico elaborado sobre el mercado, cuyo estudio iniciamos de manera sistemática desde mediados de la década del 70.
Insistiendo: con el apoyo de una teoría económica, se pueden interpretar datos estadísticos procesados históricamente.
En este caso, se intenta mostrar las características de legalidad, de las propiedades que tiene la estratificación empresarial en una economía de mercado y por ende de los límites que tiene la pequeña y mediana empresa industrial en el sistema económico. Estos límites son similares en estructura y funcionamiento en todos los sistemas económicos donde la economía de mercado predomina, tanto en países centrales como en los periféricos. Se pretende con ello, caracterizar, el papel de la pequeña y mediana empresa a fin de rebatir presunciones que sobre dimensionan capacidades y posibilidades. La historia estadística muestra posibilidades reales de participación de los diferentes estratos empresariales, en variables económicas fundamentales.
Un estudio de coyuntura, es más profundo, más serio, en cuanto más incorpore elementos pertinentes de análisis estructural, de lo permanente y tendencial, en el examen de lo temporal, de la “encrucijada de problemas” que tiende a resolverse en el corto o, acaso, mediano plazo.
En este sentido, los análisis histórico-económico-estadísticos, pretenden examinar elementos que sirvan para análisis conyuturales y estructurales, como en presente caso, del poder de mercado de diferentes estratos empresariales.
c. Determinación del grado de simplificación o complejidad del tratamiento estadístico de los datos.
Las variables a investigarse se determinan partiendo del estudio de las fuentes de información, en este caso de los censos y las encuestas, por un lado y, por otro lado, desprendiendo aquellas que se relacionen con el marco teórico, que sugiere, por ejemplo, los criterios de estratificación empresarial.
La pertinencia de las variables, el registro objetivo de los datos cuantitativos y la posibilidad de homogenización a lo largo del tiempo son requisitos básicos.
Las variables que se examinan para hacer una estratificación histórica con indicadores del poder de mercado en la empresa salvadoreña son: número de establecimientos, personal ocupado, personal técnico ocupado, producción bruta, valor agregado, ventas, costos de operación, beneficios o ganancias, capital fijo y formación bruta de capital fijo.
Puede observarse que se trata de variables determinantes para entender el “poder de mercado”, que se encuentra amarrado a innumerable cantidad de lazos socio-político-económicos.
Pero además, en este caso, teóricamente, en todo análisis empresarial en el sistema de economía de mercado, central o periférica, se procedería de la misma manera: seleccionando variables similares y trabajando con una “clasificación industrial internacional uniforme”, con información cuantitativa recolectada con cierta similitud en categorías estadísticas, lo que posibilita el aporte en la metodología inducción-deducción.
2. Para un enfoque histórico-estadístico
Los criterios para estratificar las empresas industriales en el país, han sido cuantitativos y referidos a la cantidad de personal ocupado, combinando elementos de diferentes entidades. De manera que en el estudio mencionado, la estratificación se presenta como sigue.
Clic sobre los cuadros para ampliarlos.
Cuadro 1

Se tiene la información para cada uno de los años del período y de los Censos Económicos realizados. Y se ha establecido el “peso porcentual” en cada año para cada una de las variables analizadas. Partiendo de la información contenida en el trabajo arriba mencionado se ha elaborado el siguiente cuadro que pretende ser un resumen del comportamiento histórico-estadístico reciente de la estructura empresarial industrial del país, durante el período de la administración del Partido ARENA.
Cuadro 2

Estos promedios porcentuales reflejan, en general, el comportamiento de la estructura empresarial industrial, en cada uno de los años examinados. Incluso, podría decir, de la historia empresarial salvadoreña, desde que se realizó el primer censo industrial en 1951.
Se ha realizado un examen más detallado, graficando las cifras anteriores. Las gráficas muestran algunos elementos de las cifras que es difícil relevar o revelar, al menos para mí, a simple vista, o incluso, recurriendo a la capacidad de abstracción.
3. Una hipótesis: la pequeña empresa industrial como factor de residuo y movilidad social
Lo primero que destaca es la importancia de la pequeña empresa industrial en cuanto a la cantidad de establecimientos en el sector.
En teoría socio-económica, existe un concepto, “diferenciación industrial”, que implica, que las estratificaciones empresariales no se conciban petrificadas.
Ocultas, en las cifras y estratos se encuentra la cotidiana lucha de la pequeña y mediana empresa, por subsistir en competencia y convivencia, leal o desleal, con la gran empresa.
La pequeña y la mediana empresa, por un lado, constituye una cantera de empresarios, pero muy pocos de ellos, llegan a ser grandes empresarios.
La gran mayoría, son clientes de la gran empresa y ésta (la pequeña y mediana empresa) su “abanico” de proveedores de bienes y servicios, e intermediarios de ella hacia el consumidor final.
La pequeña empresa, desde el punto de vista de su función social, más que posibilitar la movilidad social hacia arriba, contribuye a evitar la movilidad social hacia abajo, es un recurso para evitar el “asalariamiento”, la “proletarización”, la desocupación abierta o disfrazada, la mera subsistencia, la pobreza, la delincuencia.
A ello se debe el gran peso porcentual en cuanto a la cantidad de establecimientos; en el marco del sistema y del modelo económico, las personas, como se dice corrientemente, se “rebuscan” para sostenerse y desarrollarse económicamente.
En países con sectores empresariales dirigentes con visión de estabilización económica y política de largo plazo, el fomento, sostenimiento y ampliación de la participación de la pequeña empresa, y su movilidad social nivelado o dinámico hacia arriba, es un recurso, concientemente manejado.
En El Salvador, la pequeña empresa, bordeando el 70% de los establecimientos industriales, en proporción inversa, participa en cerca del 10% en las remuneraciones y el personal ocupado en el sector industrial. Igual suerte corre la mediana empresa, con el agravante de que el reducido 10% de participación se extiende a la cantidad de establecimientos en el sector.
Gráfico 1

Con relación a otras variables, la participación estructural y coyuntural de la pequeña y mediana empresa es similar, relativamente baja. En la producción bruta y el valor agregado, la pequeña empresa, repito, con más del 60% de establecimientos del sector industrial, participa con el 10%; en esta dirección del razonamiento, es más significativo el involucramiento de la mediana empresa pues con cerca del 10% de establecimientos genera alrededor del 20% (la quinta parte) de la producción bruta y del valor agregado del sector industrial. El gráfico que sigue, me parece, es más expresivo que las palabras:
Gráfico 2

También, la pequeña empresa es la que menos ventas tiene y la que menos ganancias o beneficios recibe en el sector industria. En cuanto a las ganancias, incluso, la pequeña empresa se “conforma” con menos del 10% de las ganancias del sector. Con sus matices, la acompaña la mediana empresa. Paradójica, pero explicablemente, la PYME aumenta su participación en los costos de producción del sector llegando, en conjunto al 35%.
Gráfico 3

Y la reproducción ampliada de la PYME? También es limitada. La formación bruta de capital fijo, que se utiliza para medir la inversión, bordea el 10% para cada una de ellas, la pequeña y la mediana empresa. El siguiente gráfico, nos ilustra la situación.
Gráfico 4
Azul: % Personal Técnico Ocupado
Café: % Capital Fijo
Amarillo: % Formación Bruta de Capital Fijo
Pequeña, Mediana y Gran Empresa Industrial

4. Algunas conclusiones
En la economía industrial salvadoreña domina la gran empresa, con cerca del 20% del total de establecimientos, controla entre el 70% y el 80% de la industria. Para muestra un par de botones: más del 80% de las ganancias y cerca del 80% de la inversión. La gran empresa, participa con el 80% de las remuneraciones y con cerca del 75% del personal ocupado en el sector.
La verdad es que no solamente se observan las características que expondremos en la PYME en El Salvador, sino que en todo sistema capitalista, la estructura empresarial es similar: domina la gran empresa, en forma de sociedades anónimas.
Menciono esto para que se tomen en consideración estos argumentos, en la formulación de políticas y planteamientos relacionados con la PYME.
El propósito del fomento de la PYME en el modelo económico debe ser la elevación de la participación en las variables fundamentales del sector industrial, hasta llegar, probablemente a un 50%, como ya ha ocurrido en ciertos períodos en el país.
El sistema económico, se basa en el desarrollo de la gran empresa, pero ésta, puede contraer o expandir la participación de la PYME, dependiendo de su comportamiento en la competencia oligopólica.
El incremento significativo en la participación porcentual de la PYME en las variables fundamentales del sector, no significa que la gran empresa reduzca la suya en téminos absolutos. La elevación de mayores niveles de la división nacional e internacional del trabajo es una solución, en el corto y largo plazo.
Solamente que es complicada en el caso salvadoreño, en donde los mecanismos de competencia oligopólica desestimulan sistemática y profundamente, entre otras cosas, la iniciativa creadora, la reproducción ampliada, las facilidades institucionales, la investigación científica y tecnológica en beneficio de la PYME.
 



 
  