27/1/09

Breve Historia del Concepto Emprendedor

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Interesante y breve artículo sobre el concepto de emprendedor. Tiene actualidad permanente porque realiza un recuento histórico de los principales economistas y sus teorías sobre el emprendedor.

Un artículo similar puede verse en Rossetti, José Paschoal, Introducción a la Economía, Oxford México, 2000, 18a. Edición, p.p. 112. quien cita el trabajo de Sergio de Oliveira Birchal.

La versión actual del concepto debería, a nuestro juicio, incorporar el criterio de emprendedor en la medida de la "capacidad empresarial" es necesaria como factor de la producción en todo sistema económico, sea capitalista o socialista.


A continuación el artículo. Las negrillas y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.

En:

http://impreso.elnuevodiario.com.ni/2005/07/10/emprendedores/55502

Hablemos de historia: origen y desarrollo del concepto emprendedor

Todos los emprendedores poseen características similares, pero a la vez todos son diferentes.

Empleo casi no hay, pero trabajo hay en p...

Arnulfo Urrutia

Poco a poco, según se va difundiendo el concepto de emprendedor, son más y más las personas que me escriben preguntando sobre los orígenes de esta palabra, y la importancia de la actividad emprendedora como factor de desarrollo socio-económico.

Pues bien, vamos a arriesgarnos a simplificar el desarrollo de este concepto a fin de entender sus orígenes.

Para comenzar, debemos estar claros de que la palabra emprendedor proviene del vocablo francés “entrepreneur”, y se podría traducir al español como pionero.

En cuanto a su utilización como indicativo de personas especiales, hay dos posibles orígenes: algunas versiones indican que desde el siglo 16 se comenzó a llamar emprendedor a toda persona que, como Cristóbal Colón, se lanzaba a la aventura de viajar al nuevo mundo, sin ninguna certeza de lo que su viaje le deparaba, e incluso sin saber si lograría volver. Al respecto quiero decir que si este calificativo hubiese sido aplicado únicamente a aquellos aventureros, que nos sometieron cruelmente a punta de espada y religión; tengan por seguro que esta página no llevaría tal nombre.

Emprendedurismo y desarrollo económico

Hurgando aquí y allá, encontramos otra versión del origen de la palabra emprendedor, más acorde con el concepto que actualmente manejamos, la cual tiene una lógica y sustentación muy documentada.

Esta versión histórica nos dice que el término emprendedor fue acuñado en la primera parte del siglo dieciocho, por el economista irlandés-francés Richard Cantillon, quien definió el término como “un agente económico que compra medios de producción a determinado precio, a fin de combinarlos y crear un nuevo producto”.

Posteriormente, el también economista francés J.B. Say añadió a la definición de Cantillon que el emprendedor era también un líder que atraía a otras personas, con el objetivo de constituir organizaciones productivas.

Famosos economistas ingleses, como Adam Smith, David Ricardo y John Stuart Mill, interpretaron el término como “Gerentes de negocios”.

Sin embargo, posteriormente, ellos llegaron a la conclusión de que ser empresario no requería de habilidad extraordinaria alguna, y que habían subvalorado el significado que en francés tenía el concepto de emprendedor.

Esta afirmación era bastante radical, pues ahora sabemos perfectamente que para ser empresario se requiere de muchas habilidades.

Sin embargo, en la actualidad también sabemos que se puede ser empresario sin necesariamente ser un emprendedor.

El ejemplo más claro sería el de una persona que hereda una empresa, sin ella haber realizado acción emprendedora alguna para su desarrollo.

Pero volviendo a la historia económica, en 1890, Alfred Marshall, otro economista británico, reconoció formalmente en su libro, Tratado de Principios Económicos, la importancia de los emprendedores en los procesos productivos.

Marshall consideraba que son cuatro los factores necesarios para la producción: tierra, trabajo, capital y organización.

Según este teórico, el emprendedor es quien al organizar creativamente los otros tres factores, tierra, trabajo y capital, crea nuevos productos o bien mejora los planes de producción de los actuales.

También añade que el emprendedor tiene un profundo conocimiento de la industria en que se desenvuelve, es un líder natural y posee la habilidad de prever los cambios futuros en la oferta y la demanda. También gusta de tomar acciones riesgosas, aún con total ausencia de información.

Coincidiendo con Stuart Mill, Alfred Marshall considera las habilidades asociadas con los emprendedores son tan grandes y numerosas, que muy pocas personas pueden mostrarlas en un alto grado.

Marshall considera también que las habilidades para ser un emprendedor pueden ser adquiridas, algo que hasta ese momento nadie consideraba.

Marshall también afirma lo siguiente:

“Todos los emprendedores poseen características similares, pero a la vez todos son diferentes y su éxito está en dependencia de las situaciones económicas en las cuales desarrollan sus esfuerzos."

Esto último lo confirman casos publicados en esta página, como el de la familia Rizo, nicaragüenses, que han logrado un tremendo éxito en la industria láctea de California; éxito que nunca podrían alcanzar en un mercado tan pequeño como el de Nicaragua.

Según ha transcurrido el tiempo, otros economistas han quitado o aumentado atributos que a su criterio caracterizan a los emprendedores, sin ponerse de acuerdo en ello.

Pero en lo que sí hay una gran coincidencia es en que los emprendedores son un elemento necesario para el crecimiento económico, y que son grandes tomadores de riesgos, cuando consideran que hay una buena oportunidad para obtener utilidades.

Adicionalmente a los que enfatizan la toma de riesgos como principal característica de los emprendedores, hay otra corriente que destaca su carácter innovador.

El economista norteamericano Harvey Leibenstein, añade por su parte que la característica insoslayable de todo emprendedor es la de ser “llenador de vacíos”, en el sentido que tienen la habilidad de descubrir dónde está fallando el mercado para desarrollar nuevos bienes o procesos que el mercado demanda y no se le está supliendo.

Es ahí donde los emprendedores conectan diferentes mercados, combinan diferentes elementos y generan productos innovadores que satisfacen demandas insuficientemente satisfechas.

Empresario innovador

El economista austriaco-norteamericano Joseph Schumpeter pone en un lugar central al emprendedor cuando habla del empresario innovador, que es quien al innovar en cualquiera de los aspectos empresariales, introduce nueva dinámica al desarrollo económico de la sociedad.

Podríamos decir que a partir de Schumpeter el concepto de emprendedor toma mayor auge y aplicación.

Como podemos ver, es durante el desarrollo de la economía en sus diversos momentos que se llegó a construir un concepto, que en lo general define a los emprendedores como: tomadores de riesgos, coordinadores, organizadores, llenadores de vacíos, líderes, innovadores o imitadores creativos.

Características que la mayoría de los teóricos modernos incorporan en sus definiciones de emprendedor.

Emprendedurismo o emprendimiento

Algo que también se me pregunta es lo referente a cuál es el término correcto, emprendedurismo o emprendimiento. Al respecto, vamos a dedicar las siguientes líneas aclaratorias.

En términos generales, toda persona de una u otra manera es una emprendedora, sin embargo hay personas más propensas a realizar actividades emprendedoras, de estas personas se dice que poseen cultura emprendedora.

Cuando existen muchas personas en una sociedad que tienen dicha “cultura”, estaríamos en presencia de una sociedad emprendedora.

Podemos hablar entonces de “emprendimiento” como la actividad iniciada por el “emprendedor” con objetivos y medios para llevarlos adelante.

Finalmente decimos “emprendedurismo” cuando hablamos de los estudios, las dinámicas sociales, las teorías, la herramienta, la política que tiene su foco en el emprendedor o en su actividad en general.
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23/1/09

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Las negrillas y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.

CLAVES PARA SELECCIONAR UN PROGRAMA DE AFILIADOS

Autor: Gamarod
http://www.gamarod.com.ar/articulos/historias_de_exito.asp

Tomado de:

http://www.webtaller.com/maletin/articulos/claves_escoger_programa_afiliados.php

En 1997 Amazon lanzó el primer programa de afiliados (o asociados) y desde entonces ha ido surgiendo gran cantidad de ellos, dadas las ventajas que ofrecen tanto a los dueños del programa como a sus asociados.

Vamos a estudiar en este artículo ambos puntos de vista, el de quien se plantea la posibilidad de establecer su propio programa y el de quien desea cosechar algunas ganancias extras vendiendo productos ajenos o dirigiendo su tráfico a los sitios de otras personas.

Pero antes empecemos por lo más básico, ¿qué es un programa de afiliados? Podemos definirlo como un contrato establecido entre dos partes por el cual una de ellas se compromete a pagar a la segunda una suma concreta cada vez que, gracias a la acción promocional de ésta, un nuevo visitante, bien simplemente accede al sitio del contratante, bien realiza la compra de un producto o servicio, o bien lleva a cabo otras acciones, como la cumplimentación de un formulario, la subscripción a un boletín, la solicitud de una muestra o regalo, etc.

EL ASOCIADO

Para el futuro asociado el proceso es muy sencillo; tan sólo tiene que rellenar un formulario con sus datos (tras haber leído uidadosamente y grabado en disco los términos del contrato y todas las promesas y explicaciones que el contratante ponga ante sus ojos) e inmediatemente obtiene un código personal que, añadido a la dirección del sitio al cual se afilia, garantizará que toda visita proveniente de sus páginas será contabilizada como suya.

En algunos casos el afiliado tiene total libertad para promocionar el programa a través del correo electrónico, foros, etc., mientras que los dueños de otros programas, temerosos de las consecuencias del posible spam que puedan llevar a cabo sus afiliados, prefieren impedir estas prácticas y limitar la promoción aceptable a las páginas web.

Si el pago al asociado se va a realizar únicamente cuando el visitante realiza algún tipo de acción o compra un sistema de cookies se encarga de dar un margen, por lo general de treinta días, durante los cuales el afiliado podrá obtener una comisión sobre acciones o compras efectuadas en segundas o siguientes visitas por clientes enviados por él.

Los programas más sobresalientes permiten que toda compra efectuada por un cliente facilitado por un asociado devengue para siempre comisiones a éste, sin importar que hayan transcurrido años ni existir límite de compras o de otro tipo.

Generalmente el software utilizado en los programas serios da todo tipo de facilidades. El afiliado apenas necesita conocimientos para insertar el código, que obtiene de forma instantánea y automática, dentro del HTML de sus páginas.

Posteriormente tendrá acceso en todo momento a unas estadísticas personales que le indicarán cuántas visitas llegaron de sus páginas, si realizaron compras u otras acciones en caso de que el programa sólo pague por ellas, y cuánto dinero se le adeuda.

Los programas de afiliados suelen pagar mensualmente, siempre que se haya alcanzado una cantidad mínima, en torno a las 5.000 pesetas (30 Euros).

¿Cómo elegir entre todos los programas disponibles?

Es muy sencillo, pues sólo te serán realmente útiles aquellos que:

1. Estén directamente relacionados con la temática de tu sitio, y, por tanto, con los intereses de tus visitantes.

2. Que puedas integrarlos de manera que formen parte de tu contenido y lo amplíen y engrandezcan. Que supongan un valor añadido y no que sean un simple pegote publicitario.

3. Que sea un programa avalado por una firma que os ofrezca garantías tanto a ti, como asociado, como a tu apreciado público como sus posibles clientes.


Imaginemos que Eduardo monta un sitio dedicado a su gran afición por los bonsais y al cabo de un cierto tiempo es consultado diariamente por unas mil personas, de modo que decide obtener algún beneficio económico de su esfuerzo. ¿Qué programas ha de escoger?

Quien le visita busca, fundamentalmente y como en la mayoría de sitios web de cualquier temática, información, y, posiblemente, contacto con otros seres vivos que compartan su afición.

Por tanto, la mejor oferta será, en primer lugar, aquella que añada más información a la que se pueda encontrar en su sitio: enlaces a otros sitios sobre bonsais, especialmente si le pagan simplemente por la visita (su público no tiene que sacar el monedero para visitar otros sitios, de modo que es seguro que lo hará); en segundo lugar, cosas para las que sí es necesario hacer uso del vil metal, pero que ofrecen información sobre el objeto del deseo, o, por supuesto, el propio objeto: venta de bonsais, libros sobre estos arbolitos, videos, cd´s y software; en tercer lugar, lo que se aparta del objetivo del visitante (la búsqueda de información sobre bonsais) pero que está estrechamente relacionado con él: accesorios y herramientas de trabajo específicas para bonsais, medicinas contra plagas y enfermedades, y, también, enlaces y productos para plantas en general.

Para la venta de bonsais, en lugar de limitarse a poner un seco banner de la tienda de turno, Eduardo debería afiliarse a ¡meencantanlosbonsais!.com , un sitio que, de la forma más sencilla, le permite escoger los bonsais que quiere vender y deja que sean adquiridos desde sus propias páginas. De este modo, ¡meencantanlosbonsais!.com ,que no es tonto, aprovecha las ventas propiciadas por la confianza que el público de Eduardo ya ha depositado en él, y realiza, en la sombra y por su mediación, transacciones que de otro modo no habrían existido.

¿Y qué tal si se asocia a algún programa relativo a viajes? Al fin y al cabo, podemos razonar que al que le gustan los bonsais le gusta la naturaleza, y al que le gusta la naturaleza le ha de gustar viajar, aunque sólo sea a la montaña... Puede. Pero en el caso de Eduardo sería un error. La gente que acude a su sitio va en busca de información sobre bonsais y distraerla de su objetivo va a ser, además de difícil, totalmente erróneo.

Es cierto que sin duda alguien se interesará por los viajes u otro tema lejano al objetivo pero grato para cualquiera, pero la diferencia entre un enlace a otro sitio sobre bonsais y un enlace a un sitio de viajes puesto en las páginas de Eduardo es la misma que existe entre un ratio de clickthrough de un 50% y otro de un 2%
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