5/12/07

Ética y negocios

En administración, como en la guerra, hay momentos en que es necesario sacrificar una parte de las cosas para conservar el todo. El problema se presenta cuando la parte sacrificada es importante. ¿Se sacrificarían los ingresos excepcionalmente altos de una empresa si se exigiera que ésta vendiera productos dañinos y mortales para la salud de los consumidores?. La ética puramente humana indicaría simplemente que no se puede ocasionar un daño humano "por todo el oro del mundo". Pero también la ética de los negocios como la ética de la guerra tiene normas sancionatorias a las que quienes infringen las leyes humanas están siempre expuestos: no son pocos los casos de empresarios encarcelados por fraudes y no son pocos los militares condenados por violación a los Convenios de Ginebra. De manera que por persuación o por represión la conducta del ser humano emprendedor debe ser canalizada de manera constructiva y positiva para el ser humano. Y esto siempre implica una confrontación directa o indirecta entre valores y realidades en las que deben imponerse las leyes de la humanidad. ¿De qué sirve conservar una parte si se pierde todo?. Como decía José Ingenieros, no se debe confundir el éxito con la gloria.

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