"Algunos autores establecen claramente la diferencia entre plan, planeación y planificación. El plan representa la concreción documental del conjunto de decisiones explícitas y congruentes para asignar recursos a propósitos preestablecidos. La planeación implica el proceso requerido para la elaboración del plan. En cambio, la planificación representa el ejercicio (la aplicación concreta) de la planeación vinculada con la instrumentación teórica requerida para transformar la economía o la sociedad. La planificación ha sido entendida como la tecnología de anticipación de la acción política en materia social y/o económica. (Tomás Miklos, Criterios Básicos de Planeación)" http://www.piguonline.com/portal/pdfs/gestionRRHH/planeacionestrategicaderecursoshumanos.pdf
25/11/10
Sobre los términos "planificación" y "planeación"
22/11/10
Una nota sobre Contraloría
También se puede ejercer contraloría en las otras fases del proceso administrativo y así, hablamos de "Contraloría de Organización, de Dirección y de Ejecución". Incluso los mismos entes Controlares son sujetos y objetos de la Contraloría abarcando con ello la fase de "Contraloría de Control".
Adicionalmente, se puede conceptualizar la Contraloría siguiendo el criterio de las funciones principales de la empresa: Contraloría de Producción, de Ventas, de Personal y de Finanzas. Pero la contraloría, en sentido estricto, usualmente se refiere al "chequeo" del uso de recursos materiales y humanos, pero especialmente financieros, que deben utilizarse para la consecución de determinados objetivos y de acuerdo a normas, reglamentos o leyes específicas y principios de funcionamiento.
11/8/10
Nota sobre la relación entre Macroeconomía y Empresa
8/6/10
Los tres cerebros del líder
Refiere a un estudio de psicología organizacional. El líder empresarial debe tener tres tipos de cerebros: el de la supervivencia, el emocional y el racional. El fundamental es el de la supervivencia; de manera instintiva se automotiva y motiva a los demás en su empresa creando condiciones para que el cerebro "reptilítico", instintivo o de supervivencia, sienta seguridad presente y futura en el trabajo.
Véase artículo completo en:
http://espanol.news.yahoo.com/s/01062010/79/n-business-tres-cerebros-lider.html
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Temas de Organización Empresarial
Para los temas de exposición que hacen falta, se pueden tomar como referentes básicos para iniciar las indagaciones los siguientes trabajos:
* Sobre flujogramas:
http://www.monografias.com/trabajos14/flujograma/flujograma.shtml
* Sobre Organización y Métodos:
http://www.gestiopolis.com/canales8/ger/mejoramiento-de-procedimientos-metodos-y-sistemas-de-trabajo.htm
* Plan de acción para una consultoría organizacional:
http://www.wikilearning.com/monografia/consultoria_organizacional/11751
* Recuento básico sobre desarrollo organizacional:
http://www.ilustrados.com/publicaciones/EpyyulFyFVYJgvgjLK.php
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30/4/10
Los Paradigmas de la Administración
Un breve estudio sobre las diferentes corrientes del pensamiento administrativo, puede verse en:
http://www.excelencia.uat.edu.mx/pariente/Articulos/Administracion/paradigmas.html
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Organigrama, Organización y Métodos
Una exposición básica sobre organigramas, puede verse en:
http://www.monografias.com/trabajos22/el-organigrama-empresarial/el-organigrama-empresarial.shtml
Sobre el significado de la función de organización y métodos:
http://www.monografias.com/trabajos13/oym/oym.shtml
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26/3/10
Desarrolllo Organizacional, un panorama
Un estudio, bastante completo sobre el Desarrollo Oragnizacional, puede verse en:
http://www.robertexto.com/archivo15/desarr_organiz.htm
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Historia reciente del Desarrollo Organizacional
Las negrillas, sangrías, supresión y separación de algunos párrafos, y algunas correciones ortográficas son nuestras para efectos de estudio.
Este trabajo, aún cuando nos parece que pudo ser más extenso y más preciso, rescata aspectos recientes del desarrollo organizacional. Contiene un listado de autores relativamente actuales en la temática con una descripción breve de sus aportes.
Tomado de:
http://www.robertexto.com/archivo5/desarr_organiz.htm
HISTORIA DEL DESARROLLO ORGANIZACIONAL
http://www.robertexto.com/
La historia del desarrollo organizacional abunda en contribuciones de muchos científicos estudiosos de la conducta, muchos de ellos muy conocidas en grandes empresas de las organizaciones de el cliente. Incluso si conociéramos los nombres de todos los contribuyentes de mayor importancia, que por supuesto no conocemos, no podíamos hacerle justicia a la riqueza de esta historia en un breve ensayo. Nuestro enfoque será en gran parte de los primeros orígenes de DO, además de algunas discusiones de las tendencias actuales y del grado de su aplicación.
Las actividades sistemáticas del desarrollo organizacional tienen una historia reciente y , para usar la analogía de un mangle, su tronco tiene por lo menos cuatro raíces importantes.
Una de las raíces del tronco se descompone de las innovaciones en la aplicación de sensibilización en las organizaciones complejas. Una segunda raíz importante es la de la investigación de las encuestas y la metodología de la retroalimentación. Ambas raíces están entrelazadas con una tercera, en el surtimiento de la investigación - acción. Paralela a estas raíces y hasta cierto punto, unidas a ellas, hay una cuarta raíz -el surtimiento de los enfoques sociotécnicos y socioanalíticos de tavistock. Como veremos, los principales actores en estas raíces interactúan entre si y están bajo las experiencias y los conceptos de muchas disciplinas.
LOS GRUPOS "T"
Lo que después se llamaría el grupo "T" empezó a surgir atravéz de una serie de acontecimientos en el taller celebrado en Nueva Bretaña en el año de 1946.
Los facilitadores eran Kurt Lewin, Kenneth Benne, Leland Bradford y Ronald Lippit.
Los tres últimos, junto con otras responsabilidades, hacían las veces de líderes de los "grupos de aprendizaje". Cada grupo, además de los miembros y de un líder, contaba con un observador que tomaba nota de las interacciones de el grupo. Al final de cada día, observadores se reunían con el personal y reportaban lo que habían visto. Durante la segunda o tercera sección vespertina , tres mujeres que eran miembro de el taller preguntaron si podían asistir a la sección en la que los facultados discutían sus observaciones y las alentaron a que lo hicieran. Una de las mujeres estuvo en desacuerdo con el observador en cuanto al significado reportado de su conducta durante las secciones diurnas, y a ello siguió una animada discusión. Después , las tres mujeres pidieron regresar a la siguiente sección de análisis y, debido a la animación y la riqueza de las, discusiones, Lewin y su personal aceptaron entusiasmados. Para la siguiente noche, al rededor de la mitad de los 50 o 60 miembros asistió a la sesión de retroalimentación. En estas secciones pronto se convirtieron en las experiencias de aprendizaje mas significativas de la conferencia.
De este tipo de experiencias surgió el laboratorio nacional de entrenamientos en el desarrollo de grupos, que fue organizado por Benne, Bradford y Lippit (Lewin falleció a principios de 1947).
ROBERT TANNENBAUM
Hasta donde sabemos este señor dirigió algunas de las primeras secciones de lo que ahora se llamaría "formación de equipos" en los años 1952 y 1953 en la estación de pruebas de pertrechos en militares de la marina de U.S.A. en China Lake, California.
CHRIS ARGYRIS
Chris Argyris, en aquel entonces catedrático de la Universidad de Yale (mas adelante de Harvard), en el año de 1957 fue uno de los primeros en dirigir sesiones de formación de equipos con el ejecutivo principal y con su equipo ejecutivo de mayor nivel. Dos de los primeros clientes de Argyris fueron IBM y Exxon. Sus primeras investigaciones e intervenciones con un grupo de altos ejecutivos se reportan en su libro publicado en el año de 1962, Interpersonal Competence and Organizacional Effectivenness.
DOUGLAS MCGREGOR
Douglas Mcgregor, como profesor consultor que trabajaba con Unión Carbide, a comienzo de el año 1957, fue también uno de los primeros científicos de la conducta que empezaron a resolver el problema de la transferencia y hablar en forma sistemática acerca de la aplicación de las habilidades de grupo "T" en las organizaciones complejas y ayudar a llevarlas a cabo.
Las ideas de Mcgregor fueron una fuerza dominante en este grupo de consultoría.
Mcgregor, J. Paul Jones, y Birnye Mason establecieron un grupo de consultoría interna que en gran parte usaba los conocimientos delas ciencias de la conducta para ayudar a gerentes de línea y sus subordinados a aprehender la forma de ser mas eficientes en grupo.
HERBERT SHEPARD
Durante el año 1957 gracias a las presentaciones de D. Mcgregor se unió al departamento de relaciones de los empleados de ESSO OÍL, como investigador asociado. Shepard causó un impacto importante en el surgimiento del DO. Shepard también se involucro en actividades de desarrollo de la comunidad y en 1960, en el Case Institute of Technologyc fundó el primer programa de doctorado dedicado a capacitar a especialistas en el DO.
Durante 1958 y 1959 inicio tres experimentos en el desarrollo organizacional en las principales gasolineras de ESSO.
HERBERT SHEPARD Y ROBERT BLAKE
En Baton Rouge, ambos iniciaron una serie de laboratorios de dos semanas a los que asistieron todos los miembros de la gerencia a nivel "medio". Al principio se hizo un esfuerzo par combinar el método de el caso con el método de laboratorio, pero los diseños muy pronto hicieron hincapié en los grupos "T", los ejercicios de organización y las conferencias, una de las innovaciones en este programa de entrenamiento fue un énfasis en las relaciones intergrupo , así como interpersonales.
En Baton Rouge fallaron los intentos para involucrar la alta gerencia y como resultado de ella no estaban disponibles los recursos de seguimiento necesarios para llevar acabo el desarrollo organizacional.
ROBERT BLAKE Y JANE MOUTON
Igualmente que Shepard y otros las influencias en Robert Blake fueron importantes en el surgimiento de el DO. La influencia de Jane Mouton, en el pensamiento de Blake y en el desarrollo de el grid surgieron en parte, según las palabras de ella: -De mi trabajo antes de graduarme en matemáticas puras y en física lo que subrayo la importancia de la medición, el diseño experimental y el enfoque científico a los fenómenos.
Blake presto sus servicios en la unidad de investigación psicológica de la fuerza aérea de el ejercito, donde interactuaba con un gran numero de científicos de la conducta, incluyendo a los sociólogos, esto durante la segunda guerra mundial.
RICHARD BECKHARD
(...) otra figura importante en el surgimiento y desarrollo de el campo del DO.
Trabajó con Mcgregor en 1959 (...) Mcgregor trabajaba con Dewey Balsh Vicepresidente de Personal y de RI (...) en un intento para facilitar un programa de cambio total de la cultura de la organización llamada hoy en día "la calidad de vida en el trabajo", o DO.
Junto con Mcgrgor, Likert, Argyris, Blake, Bradfort y J. Gibb. Fueron los fundadores de las conferencias de trabajo gerencial de NTL (Entrenamiento en laboratorio para gerentes a nivel medio).
EVA SCHINDLER-RAIMAN
Uno de los primeros miembros de el personal de NTL, desempeñaba un trabajo de DO y estaba capacitada en forma casi exclusiva en el campo de el trabajo social. Mientras fue empleada como directora de personal y capacitación de el consejo de niñas exploradoras de L.A. a principios de los 50s asistió a uno de los primeros eventos de el Western Training Laboratory allí, sus entrenadores en los grupos "T" fueron Gordon Hearn y Marguerite Vanderworker.
En 1959 formo parte de el personal de un laboratorio de desarrollo de la comunidad patrocinado por NTL en el centro de conferencias Arrowhead de la UCLA donde fue copacitadora en un grupo "T" con Bradford.
También trabaja con una extensa gama de clientes, tanto en USA como a nivel internacional algunas de sus publicaciones mas conocidas: The creative Volunteer Community: A collection of writings, Buildings Collaborative Community, entre otros.
EL TERMINO DESARROLLO ORGANIZACIONAL
No esta de el todo claro quien desarrollo este termino pero probablemente surgió simultáneamente en dos o tres lugares a través de la comceptualizacion de R. Blake, Shepard, Mouton, Mcgregor y Beckhard.
Blake y Mouton habían empleado antes la frase de "grupo de desarrollo". En conexión con el entrenamiento en relaciones humanas en la Universidad de Texas y apareció en su documento de 1956 que fue distribuido para su empleo para el experimento de Baton Rouge.
Los grupos "T" de Baton Rouge, dirigidos por Shepard y Blake, se llamaban grupos de desarrollo y este programa de grupos "T" se llamaba desarrollo organizacional para distinguirlo de los programas complementarios de desarrollo gerencial que ya se habían iniciado.
El hecho de el surgimiento de los primeros esfuerzos de el desarrollo organizacional en tres de las primeras corporaciones que se involucraron en una forma muy extensa, Unión Carbide, ESSO y General Mills, haya incluido al personal de RH, que se veía en sus nuevos roles, es de una importancia considerable.
En Unión Carbide J. P. Jones en RI, ahora se veía en el papel de consultor de las ciencias de la conducta para los otros gerentes. En esso la dirección general de la división de investigación de recursos humanos se empezó a considerar como un grupo de consultora interna que ofrecía sus servicios a los gerentes de el ramo mas que como un grupo de investigación que desarrollaba reportes para la alta gerencia.
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23/3/10
Estrategia competitiva según Porter
Las negrillas, sangrías y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.
Tomado de:
http://www.deguate.com/infocentros/gerencia/mercadeo/mk15.htm
Las estrategias competitivas genéricas de Porter
En 1980, Michael E. Porter, Profesor de la Harvard Business School, publicó su libro Competitive Strategy que fue el producto de cinco años de trabajo en investigación industrial y que marcó en su momento un hito en la conceptualización y práctica en el análisis de las industrias y de los competidores.
Porter describió la estrategia competitiva, como las acciones ofensivas o defensivas de una empresa para crear una posición defendible dentro de una industria,
acciones que eran la respuesta a las cinco fuerzas competitivas que el autor indicó como determinantes de la naturaleza y el grado de competencia que rodeaba a una empresa y que como resultado,
buscaba obtener un importante rendimiento sobre la inversión.
Porter identificó tres estrategias genéricas que podían usarse individualmente o en conjunto, para crear en el largo plazo esa posición defendible que sobrepasara el desempeño de los competidores en una industria. Esas tres estratégias genéricas fueron:
El liderazgo en costos totales bajos
La diferenciación
El enfoque
Esta fue una estrategia muy popular en la década de los 70´s, debido al concepto muy arraigado de la curva de experiencia.
Mantener el costo más bajo frente a los competidores y lograr un volumen alto de ventas era el tema central de la estrategia.
Si la empresa tenía una posición de costos bajos, se esperaba que esto la condujera a obtener utilidades por encima del promedio de la industria y la protejiera de las cinco fuerzas competitivas. En la medida en que los competidores luchaban mediante rebajas de precio, sus utilidades se erosionaban hasta que aquellos que quedaban en el nivel más próximo al competidor más eficiente eran eliminados. Obviamente, los competidores menos eficientes eran los primeros en sufrir las presiones competitivas.
Lograr una posición de costo total bajo, frecuentemente requería una alta participación relativa de mercado (se refiere a la participación en el mercado de una empresa con relación a su competidor más importante) u otro tipo de ventaja, como podría ser el acceso a las materias primas. Podría exigir también un diseño del producto que facilitara su fabricación, mantener una amplia línea de productos relacionados para distribuir entre ellos el costo, así como servir a los segmentos más grandes de clientes para asegurar volumen de ventas. Como contraprestación, implementar una estrategia de costo bajo podría implicar grandes inversiones de capital en tecnología de punta, precios agresivos y reducir los márgenes de utilidad para comprar una mayor participación en el mercado.
Por aquella época, la estrategía de liderazgo en costo bajo fue el fundamento del éxito de compañías como Briggs & Stratton Corp., Texas Instruments, Black & Decker y Du Pont.
La diferenciación
Una segunda estrategia era la de crearle al producto o servicio algo que fuera percibido en toda la industria como único.
Compañías que se distinguieron en su momento por adoptar algúna forma de diferenciación fueron: Mercedes-Benz (diseño e imágen de marca), Caterpillar (red de distribución) y Coleman (tecnología), entre muchas otras.
El Enfoque
La tercera estratégia, consistía en concentrarse en un grupo específico de clientes, en un segmento de la línea de productos o en un mercado geográfico.
The Martin-Brower Co., uno de los grandes distribuidores de alimentos en los Estados Unidos, fue un ejemplo en la adopción de la estrategia de enfoque cuando en su época, limitó su servicio solamente a las ocho principales cadenas de restaurantes de comida rápida (Hoy sólo le distribuye a McDonald´s).
Las tres estrategias genéricas de Porter eran alternativas, maneras viables de enfrentar a las fuerzas competitivas. La empresa que fallara en desarrollar su estrategia en por lo menos una de éstas directrices, quedaba atrapada en el centro, como la empresa C de la figura, situada en una posición estratégica extremadamente pobre (una empresa con precio alto para productos percibidos como de baja calidad). Porter describía a éste tipo de empresa con fallas en su participación de mercado, en su inversión de capital y con limitada capacidad de maniobra para ejecutar la estrategia del bajo costo, de la diferenciación o del enfoque.
La Enpresa L tiene precio y calidad bajas. La Empresa M tiene precio y calidad altas. La Empresa C está atrapada en el centro pues la mayoría de los clientes se preguntarán por qué deben comprarle a C cuando pueden obtener mejor calidad al mismo precio de la Empresa M, u obtener (más o menos) la misma calidad de los productos de C y a menor precio comprándole a L. Como entre L y M el espacio es grande, la situación de C podría complicarse aún más si aparece un nuevo competidor que llegue a ocupar el espacio vacío, atacando además a L y M o si uno de los competidores actuales se mueve hacia una estrategia de línea completa.
En su obra The Competitive Advantage of Nations (1990), Porter reconoce para las nuevas circunstancias del mercado, la inestabilidad de éstas tres estrategias genéricas y la necesidad de modelos más dinámicos para concebir la ventaja competitiva.
*Las tres estrategias genéricas aquí esbozadas, pertenecen a los modelos estáticos de estrategia que describen a la competencia en un momento específico. Fueron útiles cuando en el mundo los cambios se daban lentamente y cuando el objetivo era sostener una ventaja competitiva. La realidad es que las ventajas sólo duran hasta que nuestros competidores las copian o las superan. Copiadas o superadas las ventajas se convierten en un costo. El copiador o el innovador sólo podrá explotar su ventaja, durante un espacio de tiempo limitado antes que sus competidores reaccionen. Cuando los competidores reaccionan, la ventaja original empieza a debilitarse y se necesita una nueva iniciativa.
19/3/10
Hacia una definición de organización empresarial
Organización de la sociedad, organización de la naturaleza.
La definición de organización empresarial
Organización: sistema de elementos (organon, del griego, significa organismo o elemento) que tienen estructura y función y por ende relación con otros elementos. Si estudiamos su estructura, estudiamos su estática; si estudiamos su función, estudiamos su dinámica. Los sistemas se componen de subsistemas, es decir, sistemas subordinados funcionalmente.
Los sistemas son naturales, sociales y mentales. Los sistemas naturales realizan su asociación por razones físicas, la energía material, y por razones instintivas; los sistemas sociales y mentales realizan su asociación con intervención de la conciencia.
De manera que también podemos decir que la organización es un sistema de órganos y que el sistema esta constituido por la relación estructural y funcional de los elementos que lo componen, llamados órganos.
Los órganos son elementos de la realidad material o natural, social y mental. Así, tenemos organización de los conocimientos, las organizaciones sociales y los organismos naturales.
Otro punto de especial importancia para subrayarse es que la organización de la naturaleza no tiene conciencia, es producto de la energía, del movimiento de la materia; también la organización social es producto del movimiento de la energía, de la materia en movimiento, con una pequeña gran diferencia, la organización social y su producto más elevado, la organización de los conocimientos, se realiza por intervención de la conciencia, del espíritu humano.
La organización humana viene determinada por la organización de la naturaleza pues el ser humano es básicamente un organismo bioquímico con estructura y funciones especiales que le permiten crear ideas y tener conciencia; la organización humana revierte su potencial y cambia la organización de la naturaleza, para bien o para mal, positiva o negativamente.
Toda organización tiene una finalidad. La finalidad puede ser conciencie o inconciente. Partiendo de esta diferencia, las organizaciones sociales se distinguen de las organizaciones naturales en la finalidad. La finalidad de las organizaciones sociales es determinada por la conciencia humana y la finalidad de las organizaciones de la naturales, es indeterminada, es física o instintiva, a lo sumo. Solamente cuando la organización humana actúa sobre la organización de la naturaleza, ésta última adquiere una intencionalidad, una finalidad conciente.
Empresa: organización para realizar una acción. Emprender, indica la ejecución con un propósito. Actualmente la empresa, concebida como unidad económica, se define por el propósito de generar bienes y servicios transables combinando recursos humanos, materiales y financieros.
*
En el "Blog de Luis Miguel Manene" indudablemente se pueden encontrar artículos de importancia especial para temas de organización empresarial y otros, no relacionados de manera estricta con el tema de organización.
Sin duda, la recomendación que el Ing. Manene hace en su comentario, merece atención. Los artículos que refiere, vinculados al tema "estructura organizativa" en su blog, pueden accesarse siguiendo este vínculo:
http://luismiguelmanene.wordpress.com/category/estructura-organizativa/
Agradecemos el comentario y la motivación para estudiar y promover el estudio de las contribuciones teóricas del Ing. Manene.
Lamentamos no ubicar de manera precisa la referencia para el post "Organización de la Sociedad, Organización de la Naturaleza".
Evaristo Hernández
19/04/12
Una definición de organización
Las negrillas, organización, supresión y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.
Organización
De Wikipedia, la enciclopedia libre
La ciencia que estudia la forma de administrar organizaciones es la Administración de Empresas.
Las organizaciones son sistemas diseñados para lograr metas y objetivos por medio de los recursos humanos y de otro tipo. Están compuestas por subsistemas interrelacionados que cumplen funciones especializadas.
Etimología
Organización viene del Latin Organón, órgano elemento de un sistema y sistema en sí mismo.
Concepto
La organización es el acto de disponer y coordinar los recursos disponibles (materiales, humanos y financieros).
Funciona mediante normas y bases de datos que han sido dispuestas para estos propósitos.
(...)
Existen varias escuelas filosóficas que han estudiado la organización como sistema social y como estructura de acción, tales como el estructuralismo y el empirismo.
Para desarrollar una teoría de la organización es preciso primero establecer sus leyes o al menos principios teóricos para así continuar elaborando una teoría sobre ellos.
Un camino sería clasificar y mostrar las diferentes formas de organizaciones que han sido más estudiadas, tales como la burocracia como administración o elementos que componen la organización y que igualmente han sido ya muy tratados, tales como el liderazgo formal e informal.
(...)
Típicamente, la organización está en todas partes, lo que dificulta su definición independiente o sin involucrarse en una aplicación particular, pero es así porque es un elemento estructural y condicional de los sistemas, siendo social cuando lo es el sistema en cuestión.
*
18/3/10
Una administración para el Desarrollo
Recibido por "e mail". Por su importancia y solicitud de difusión lo reproducimos.
Las negrillas, sangrías y ubicación de una línea al principio, son nuestras para efectos de estudio.
Administración, recurso estratégico para el desarrollo
Estimado Carlos,
Me es grato informarle, para su conocimiento y, si considera adecuado, su difusión, que los días 15 y 16 de abril próximos realizaremos las II Jornadas Una Administración para el Desarrollo.
El tema central de este evento será el Desarrollo Local Sistémico.
Para ello, contaremos con la exposición presencial, entre otros, de los siguientes disertantes:
· Dr. Pablo Guerra, de la Universidad de la República (Uruguay) que expondrá sobre ´´Economía y Empresas. Una visión desde el pensamiento comunitarista´´
· Dr. Rodolfo Capón Filas (Universidad Kennedy), Normas internaciones, Mundo del Trabajo y construcción de la solidaridad global
· Dr. Darío Cocetta (Universidad Kennedy), Organización Sindical
· Mg. Jorge Bussón (Universidad Autónoma de Entre Ríos), Los cluster en el Desarrollo Local, la experiencia italiana
· Cr. Reinaldo Zamero (Universidad Nacional de Entre Ríos), El rol del asesor pyme
· Dr. Ricardo Goñi (Universidad Nacional de La Plata y Secretario de Medio Ambiente Municipalidad de Paraná), Los Indicadores del Desarrollo Sustentable: Marco Conceptual y Metodología
http://www.administraciondesarrollo.blogspot.com
Las Jornadas han sido incorporadas en la UNESCO, Portal Iniciativas de la Educación Superior, en la categoría Investigación e Innovación.
Estamos tratando de contar con la posibilidad de videoconferencias.
Quedo a su disposición para cualquier aclaración.
Cordialmente.
Cr. Gualberto J.M. Milocco
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Organización Empresarial, un programa de estudios
UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR
FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS
ESCUELA DE ECONOMIA
CARRERA: LICENCIATURA EN ECONOMIA
MATERIA: ORGANIZACION EMPRESARIAL
CICLO ACADEMICO: I 2010
I. DATOS GENERALES
CODIGO DE ASIGNATURA: OEM 118
PLAN DE ESTUDIOS: 1994
CICLO EN EL PLAN DE ESTUDIOS: IX
NUMERO CORRELATIVO EN EL PLAN DE ESTUDIOS: 34
PREREQUISITO: ADMINISTRACION FINANCIERA I (30)
PREREQUISITO PARA: PLANIFICACION ESTRATEGICA (38)
DURACION DE LA HORA CLASE: 50 Minutos
NUMERO DE HORAS POR SEMANA: 5
NUMERO DE HORAS POR CICLO: 80
DURACION DEL CICLO EN SEMANAS: 16
UNIDADES VALORATIVAS: 3
CUM: 6.0
II. PROGRAMA DE ESTUDIOS
II.1. OBJETIVO GENERAL
Dotar a los estudiantes de los elementos teóricos y aplicados de organización de recursos humanos, materiales y financieros para todo tipo de entidades: públicas y privadas, lucrativas y no lucrativas.
II.2. LINEAMIENTO GENERAL
Se hará énfasis en el desempeño del Economista como consultor organizacional fomentando al mismo tiempo las habilidades emprendedoras de los estudiantes.
II.3. DESCRIPCION GENERAL DE LA ASIGNATURA
En la primera unidad:
Se darán elementos de análisis de la realidad organizacional en el marco de una economía capitalista dominante enfatizando el estudio de la competencia en el mercado para establecer objetivos y metas realistas de organización empresarial. Se estudiará la fase de organización en el marco del proceso administrativo, examinando sus principales componentes.
En la segunda unidad:
Se estudiarán los elementos básicos de consultoría organizacional enfatizando en la detectación de problemas y proposición de soluciones. Se revisará el "arsenal" de tácticas y herramientas utilizadas por la consultoría organizacional para propiciar e impulsar el cambio organizacional positivo conforme a los objetivos de la empresa.
En la tercera unidad:
Se estudiarán los elementos de elaboración del Plan Organizacional, vinculando los objetivos de largo, mediano, corto e inmediato plazo de la empresa. Se hará énfasis en Métodos de Organización, Análisis FODA, diagnóstico organizacional y elementos de planificación aplicada a la estructura y la función.
II.4. EVALUACIONES
3 Exámenes parciales, con ponderación de 20% cada uno. Ponderación individual.
1 Trabajo escrito realizado en grupo, basado en una consultoría organizacional empresarial, pública o privada, en empresas lucrativas o no lucrativas. 20% de ponderación colectiva.
1 Exposición de resultados de la investigación del grupo. 20% de ponderación con carácter individual.
II.5. METODOLOGIA
Exposiciones del profesor. Los estudiantes pueden comentar o hacer preguntas pertinentes en todo momento.
La exposición del profesor va orientada a profundizar y ampliar los conocimientos que se encuentran en la bibliografía, no a repetirla. Incluso el profesor puede manifestar discrepancia con el texto que sirve de referencia.
Para efectos de exámenes se revisa la asimilación de los textos de referencia.
El proceso de investigación y los resultados, se socializan en el aúla, conservando, lógicamente, los elementos discrecionales del caso que soliciten las empresas estudiadas.
II.6. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS INICIALES
Porter, Michael, Estrategia Competitiva
Terry, George, "Organización Administrativa" en Principios de Administración
Alvarez, Luis, Consultoría Organizacional
Gestión NORSUD, La Gerencia en las ONG´s
Samuelson, Marks, Managerial Economics
II.7. PERSONAL ACADEMICO RESPONSABLE
Director de la Escuela de Economía: Lic. Evelio Ruano
Profesor Titular: Evaristo Hernández, MAECE
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11/3/10
Infoproductos y comercio electrónico
Las negrillas, supresión y separación de algunos párrafos y citas en bloque, y el breve comentario inicial, son nuestros para efectos de estudio.
Este artículo presenta un ejemplo de mercadeo electrónico. Probablemente dos elementos destacables de este artículo sean: la creación de infoproductos y la creación de relaciones humanas a partir de ellos. La venta resulta un complemento.
Tomado de:
http://www.enplenitud.com/negocios/4000dolares.asp
Cómo ganar $4000 en 24 horas: estudio de caso
(...)
Olivia Reyes contrató mis servicios de Coaching. Mientras trabajábamos (y seguimos trabajando) detrás de las cámaras reestructurando su modelo de negocio, necesitábamos inyectarle dinero rápido a su negocio, y esto fue lo que hicimos para lograr esos 4000 dólares en 24 horas.
1. Decidimos hacer un especial
Olivia tenía varios infoproductos que necesitaba mover para darle espacio a su nuevo Producto Estrella (producto que usará para posicionarse en el mercado).
Nota:
un infoproducto es simplemente convertir tu conocimiento en un producto que puedas vender sin que tengas que estar presente, como un reporte, un ebook, audios, CD, manuales, etcétera. Todos los que vendemos servicios (coaches, consultores, contables, diseñadores, autores, etcétera) DEBEMOS crear infoproductos.
Una semana antes, notificamos a la lista que algo se avecinaba y que era limitado. En este caso, una oferta especial que duraría solo 24 horas junto a la razón del porqué del especial (es importante que le digas a tu lista por qué estás haciendo algo).
Nota: aquí está el secreto.
Crear expectativa con tu lista y ofrecer el especial durante un tiempo limitado o en cantidades limitadas.
Aquí muchos se pierden. Anuncian,
pero no siguen anunciando.
Nota:
el que no anuncia con disciplina pierde.
Temprano por la mañana, envió la promoción a toda su lista. Las ventas empezaron a entrar rápidamente. Ni ella se lo podía creer (vale recordar que ella trató de hacer esto antes y solo generó 50 dólares).
5. Último anuncio
Unas horas antes de finalizar el especial, Olivia volvió a recordarle a la lista que el especial se acababa.
Nota:
tendemos a dejar las cosas para lo último, ¿verdad? Este último recordatorio nos da urgencia y, si no actuamos, perdemos lo que queremos.
Esta promoción reveló cosas interesantes para Olivia:
· El porcentaje de apertura fue de un 40,92% (gracias a la anticipación y la expectativa creada).
· El porcentaje de conversión (personas que hacen clic en contraposición con las personas que compran) fue de un 7,55%. Altísimo en esta industria (Olivia reveló que antes solo el 1% compraba).
· El precio es elástico. Olivia duplicó los precios del producto y aun así obtuvo excelentes resultados.
Ahora, algunos puntos que quiero resaltar:
A. Se necesita una lista de clientes potenciales. Olivia ya tenía esta lista edificada. Tú también necesitas una, no importa si vendes productos o servicios.
B. Se necesita una página web para capturar a estos visitantes. Así de simple. No hay otra.
C. Se necesita tener una relación con esta lista. Olivia les enviaba fielmente un boletín, con lo que creaba confianza y credibilidad con ellos. Igual contigo. Si no te conozco y me quieres vender, las oportunidades de que te compre son bajas. Pero edifica una relación conmigo y las cosas serán totalmente diferentes.
D. Se necesita hacer publicidad sin miedo. Olivia no estaba acostumbrada a enviar emails adicionales y, además, recibió uno que otro insulto por hacerlo. El simple hecho de atreverse a seguir mis recomendaciones le abrió la mente a posibilidades que ella no sabía que existieran (siempre lo he dicho. Una vez que la mente se estira, jamás vuelve a su estado anterior).
Y ahí lo tienes. 4000 dólares en 24 horas, trabajando solo 5 horas. Eso le cambia la vida a cualquiera.
Por Diana Fontanez
www.lareinadelmercadeo.com
© EnPlenitud.com
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3/3/10
Etimología histórica de "empresa" y "empresario"
Las negrillas, citas en bloque y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.
Tomado de:
http://www.eumed.net/ce/2008b/fjcv.htm
Una aproximación cultural a los términos Empresa y Empresario
Una explicatio terminorum al modo de los filósofos medievales sobre el termino empresa podría arrojar bastante luz acerca del concepto de empresa. Por ello, la etimología castellana de la “empresa” puede contribuir, con mucho, a mejorar el perfil de su definición. En este sentido,
probablemente sea Sebastián de Covarrubias (1611) (1) el primero de los clásicos de la lengua castellana en realizar una aproximación al concepto de empresa, a partir del termino emprender, del latín apprehendere, cuyo significado básico según Covarrubias es: ….“Determinarse a tratar algún negocio arduo y dificultoso”… de donde deriva la nocion de “empresa”, …“porque se le pone aquel intento en la cabeza y procura executarlo y de alli se dixo empresa el tal acometimiento”...Por ello empresa tiene mucho que ver con la decisión de acometer, emprender alguna tarea difícil con el coraje, la valentía, la resolución y la obstinación de llevar a cabo tal propósito (2).
“Y porque los caballeros andantes acostumbraban pintar en sus escudos y recamar en sus sobravestes estos designios y
sus particulares intentos se llamaron empresa,
De ahí que concluye Covarrubias: …
“De manera que empresa es cierto símbolo o figura enigmatica hecha con particular fin, endereçada a conseguir lo que se va a pretender y conquistar o mostrar su valor y ánimo”.
Tales significados básicos aparecen como cantera de materiales de las distintas construcciones posteriores, así
Martín Alonso (1986) en el Diccionario Medieval Español, considera a la empresa como: “Acción ardua y dificultosa que valerosamente se comienza” o bien como “intento o designio de hacer una cosa”, e incluso “obra o designio llevado a efecto, en especial cuando en el intervienen varias personas”.
Martín Alonso (1947; 1982) en su obra “Enciclopedia del Idioma” va a definir la piedra angular, el triángulo básico sobre el que se asienta gran parte del idioma y cultura empresarial,
a partir de las interacciones entre los conceptos de Emprendimiento, Emprendedor y Empresa, a partir de su raíz primigenia el término Emprender, cuyos significados básicos serían, por una parte “producir o brotar”, por otra “empezar o acometer una obra o negocio” y por ultimo “arder”.
A partir de aquí Emprendedor es quien “emprende con resolución acciones dificultosas” y Emprendimiento será la acción y efecto de emprender, por lo que la Empresa es el resultado de las acciones del emprendedor, lo que hace el emprendedor (3). Se trata de acciones que aparecen marcadas por lo incierto de su resultado y en este sentido por el riesgo y la aventura, que se configuran como inseparables compañeros de viaje del emprendedor.
el Diccionario general de la Lengua Española (Larousse, 1984) entiende por Emprender: “Acometer alguna cosa resuelta y decididamente con ánimo de ponerla por obra o ejecutarla” y por Empresa: “Acción de emprender y cosa que se emprende”.
El concepto moderno de empresario aparece siguiendo a Gonzalez Seara (2004) (4) en Francia, donde el denominado entrepreneur aparece primero como estratega militar, para posteriormente designar a los contratistas de bienes y servicios para la administración pública.
Va a ser Cantillon (1950) (5) quien por primera vez utilice la palabra empresario con un significado moderno, es decir como quien asume el riesgo y la incertidumbre de emprender una determinada actividad económica. En los textos de Cantillon la figura del empresario aparece definida por los permanentes ajustes que debe realizar entre el valor de lo que adquiere (Precio cierto o concreto) y el valor de lo que vende (precio incierto)
NOTAS
1. Covarrubias, S. (1611/1647): Tesoro de la Lengua Castellana o Española. Edición de Martín de Riquer (1998) pag. 509.
2. Significado básico que también aparece corroborado en la lengua italiana, donde la etimología de impresa (impresa/impreso p.p. de imprendere, derivado del latino imprehensa) sigue un camino paralelo al español en el sentido de afrontar, asumir o acometer una tarea que implica dificultad.
3. Recuperando y replicando la raiz latina del termino empresa, es decir la Imprehensa, (cogida o tomada) y sus correlatos italianos Impreso e Imprésa como participios pasivos de Imprendere.
4. Gonzalez Seara, L.(2004) : la responsabilidad social de la empresa. En Revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Nº 50, pags. 13-20.
5. Cantillon, R. (1950): Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general. Fondo de Cultura Económica, Méjico. Traducción de M. Sánchez Sarto, incluye el estudio de Jevons(1881) sobre la obra de Cantillon.
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Etimología de Organización
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Organización
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Las organizaciones son sistemas diseñados para lograr metas y objetivos por medio de los recursos humanos y de otro tipo. Están compuestas por subsistemas interrelacionados que cumplen funciones especializadas.
Etimología
Organización viene del Latin Organón, órgano elemento de un sistema y sistema en sí mismo.
Concepto
La organización es el acto de disponer y coordinar los recursos disponibles (materiales, humanos y financieros).
Funciona mediante normas y bases de datos que han sido dispuestas para estos propósitos.
(...)
Existen varias escuelas filosóficas que han estudiado la organización como sistema social y como estructura de acción, tales como el estructuralismo y el empirismo.
Para desarrollar una teoría de la organización es preciso primero establecer sus leyes o al menos principios teóricos para así continuar elaborando una teoría sobre ellos.
Un camino sería clasificar y mostrar las diferentes formas de organizaciones que han sido más estudiadas, tales como la burocracia como administración o elementos que componen la organización y que igualmente han sido ya muy tratados, tales como el liderazgo formal e informal.
(...)
Típicamente, la organización está en todas partes, lo que dificulta su definición independiente o sin involucrarse en una aplicación particular, pero es así porque es un elemento estructural y condicional de los sistemas, siendo social cuando lo es el sistema en cuestión.
La ciencia que estudia la forma de administrar organizaciones es la Administración de Empresas.
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2/3/10
13 Principios de Organización
Las negrillas, cursivas, citas en bloque, numeración, paréntesis y puntos suspensivos para indicar supresión y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.
Tomado de:
http://www.deguate.com/infocentros/gerencia/admon/03.htm
CONCEPTO Y PRINCIPIOS DE LA ORGANIZACION
La organización es una unidad social coordinada, consciente, compuesta por dos personas o más, que funciona con relativa constancia a efecto de alcanzar una meta o una serie de metas comunes.
PRINCIPIOS DE LA ORGANIZACION.
El propósito de la organización: El propósito de la organización es ayudar a lograr que los objetivos tengan significado y contribuyan a la eficiencia organizacional.
La estructura de una organización
es eficaz si le permite al personal contribuir
(2) Principio de la eficiencia organizacional.
Una organización es eficiente si esta estructurada para ayudar al logro de los objetivos de la empresa con un mínimo de consecuencias o costos no deseados.
(...)
(3) Principio del tramo de administración
En cada posición administrativa
existe un limite al número de personas que pueden manejar con eficacia una persona,
(4) Principio de Autoridad
(...) La autoridad es el adhesivo de la estructura de la organización, el vínculo que la hace posible, los medios mediante los cuales se pueden colocar grupos de actividades bajo el mando de un administrador y se puede fomentar la coordinación de las unidades organicionales. Es la herramienta con la que el administrador esta en posibilidad de ejercer su discrecionalidad y de crear un ambiente para el desempeño individual. Algunos de los principios más útiles de la organización están relacionados con la autoridad.
(5) Principio escalar
Cuanto más clara sea la línea de autoridad desde el puesto administrativo más alto de una empresa (hacia) cada puesto subordinado, más clara será la responsabilidad para tomar decisiones y más eficaz la comunicación organicional.
(6) Principio de delegación por resultados esperados
La autoridad delega a todos los gerentes individuales debe ser adecuada para asegurar su capacidad de cumplir los resultados esperados.
(7) Principio del carácter absoluto de la responsabilidad
La responsabilidad por la acciones no puede ser mayor que la implícita en la autoridad delegada, ni debe ser menor.
(8) Principio de unidad de mando
Mientras más completas sean las relaciones de dependencia de un solo superior, menor será el problema de instrucciones opuestas y mayor la sensación de responsabilidad personal por los resultados.
(9) Principio de nivel de autoridad
El mantenimiento de la delegación requiere que las decisiones propias de la autoridad de los administradores individuales deben tomarlas ellos en lugar de hacerlas ascender por la estructura de la organización.
(...)
(10) Principio de la definición fundamental
Mientras más clara sea la definición de un puesto o un departamento (...) la persona responsable podrá contribuir en forma más adecuada al logro de los objetivos de la empresa. (Las definiciones claras estan relacionadas con) los resultados esperados, las actividades a realizar y la autoridad que la organización delega y la comprensión de las relaciones de autoridad e informales con otros puestos.
(...)
(11) Principio del equilibrio
(La) aplicación de los principios o técnicas debe estar equilibrada para asegurar (la) eficacia global de la estructura para cumplir los objetivos de la empresa.
El principio del equilibrio es común a todas las áreas de las ciencias y a toda las funciones del administrador. Las ineficacias de extensos tramos de administración se deben equilibrar con las ineficacias de largas líneas de comunicación. Las pérdidas ocasionadas por el mando múltiple se deben equilibrar con las ganancias provenientes de la pericia y la uniformidad para delegar la autoridad funcional en los departamentos de "stall" y de servicios. Los ahorros de la especialización funcional en la departamentalización se deben equilibrar con las ventajas de establecer departamentos responsables de utilidades, semi independientes por el conducto o por territorio. De nuevo resulta evidente que la aplicación de la teoría de la administración depende de la situación específica.
(12) Principio de flexibilidad
(...) En cada estructura se deben incorporar procedimientos y técnicas para anticipar y reaccionar ante el cambio.
Toda empresa avanza hacia su meta en un ambiente cambiante, tanto externo como interno.
(13) Principio de facilitación del liderazgo
Puesto que la gerencia depende en alto grado de la calidad del liderazgo de quienes se encuentran en puestos gerenciales, es importante que la estructura organicional contribuya a crear una situación en la que el administrador pueda dirigir con mayor eficacia.
En este sentido, la organización es una técnica para fomentar el liderazgo.
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Sílabo para Organización Empresarial
Un sílabo para la materia Organización Empresarial, de la Universidad San Martín de Porrres en Perú, puede verse en:
http://206.132.98.197/silabus/2009-II/Ciclos_Comunes/IV_ciclo_comun/organizacion_empresarial_2009-II.pdf
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1/3/10
Reingeniería Organizacional en Cápsula
Las negrillas, citas en bloque, subtítulos en cursivas y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.
Tomado de:
http://74.125.93.132/search?q=cache:ev9DkLdmQwQJ:s3.amazonaws.com/lcp/evouv105/myfiles/Reingenier%C3%ADa.doc+reingenieria+organizacional&cd=2&hl=es&ct=clnk&gl=sv
REINGENIERIA ORGANIZACIONAL
Aspectos
Primer aspecto: el foco de la actividad empresarial debe ser el cliente, razón por la cual, los productos y servicios solo tienen sentido si satisfacen sus necesidades.
Segundo aspecto: la competitividad de las empresas no esta en si en esos productos y servicios, sino principalmente en la manera de hacerlos u ofrecerlos, esto es, en los procesos que lo generan. Por esto, es imprescindible que la administración deje de estar orientada a las funciones y pase a tener una orientación a los procesos.
Tercer aspecto: es la necesidad que la gerencia involucre en su agenda del concepto del mejoramiento continuo, como única manera de mantenerse competitivo en un mercado en el cual cambian permanentemente las variables que afectan dicha competitividad.
Sin embargo, es tal el ritmo de competencia a que se ven abocadas algunas empresas en mejoramiento continuo no alcanza a mantenerlas competitivas.
Definición
En estos puntos nace la reingeniería organizacional según la definición dada por sus principales proponentes,
consiste en “la revisión fundamental y el rediseño radical de los procesos y la estructura organizacional para alcanzar mejoras espectaculares en las medidas claves del desempeño de la organización, tales como calidad, costos, servicio y rapidez”.
ni mucho menos despedir gente.
El Nuevo Orden Administrativo
como foco orientador, al cliente;Es cierto, mantenerse competitivo es cada día más difícil. Pero otros ya lo están haciendo.
como eje de la gestión administrativa, a los procesos;
como elementos de la investigación competitiva, al benchmarking;
como materia prima para la toma de decisiones y el trabajo administrativo, a la información;
como herramientas de trabajo, las nuevas tecnologías de información
y como elemento de definición que se debe o no hacer, el análisis del valor agregado.
Programa de Asesoría Empresarial
Un programa de estudios sobre asesoría y consultoría empresarial, puede verse en:
http://206.132.98.197/silabus/2009-II/Escuela_Recursos_Humanos/X_ciclo_rrhh/asesoria_y_consultoria_empresarial_2009-II.pdf
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2/1/10
Owen: pionero de la Administración de Personal
Las negrillas, separación y supresión de algunos párrafos y figuras, y citas en bloque son nuestros para efectos de estudio.
Tomado de:
http://www.eumed.net/cursecon/colaboraciones/msr-owen.htm
"Contribuciones a la Economía" es una revista académica con el Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas, ISSN 16968360
Robert Owen, pionero del management
Manuel Santos Redondo
Universidad Complutense de Madrid
manuelsantosr@terra.es
Este artículo está alojado en:
www.eumed.net/cursecon/colaboraciones/
Una versión más elaborada de este trabajo ha sido publicada en:
Santos Redondo, Manuel : “Robert Owen, pionero del management”,
Sociología del Trabajo, nº 45, Primavera 2002, pp. 97-124.
Resumen: Robert Owen es estudiado hoy como por los historiadores del socialismo bajo la etiqueta de “socialista utópico”. Esto hace que identifiquemos las fábricas de New Lannark con los experimentos que llevó a cabo en su intento de establecer una nueva sociedad basada en el ideal cooperativo, como New Harmony. En este trabajo se defiende que se trata de dos experiencias muy diferentes. New Harmony fue un fracaso cuya explicación interesa a los historiadores del socialismo. En cambio, New Lannark fue un hito en la organización racional del trabajo, precisamente por su éxito también desde el punto de vista empresarial, y no solo filantrópico. La organización del trabajo puesta en práctica por Owen debido a su experiencia empresarial, merece un estudio desde el punto de vista de la historia empresarial, y la biografía de Owen hasta 1812 es la de un empresario destacado de la Revolución Industrial.
(...)
ROBERT OWEN, PIONERO DEL MANAGEMENT [1]
Manuel Santos Redondo
Universidad Complutense de Madrid
Los socialistas utópicos defienden la cooperativa como instrumento de reforma moral y política, debido a sus ideales socialistas basados en la perfectibilidad del ser humano mediante la educación y la mejora de su entorno. Consideran que la cooperativa es la mejor forma de organización de la unidad productiva, porque dentro de ella el incentivo para el trabajo es mayor que el mero salario. Esta organización eficiente de la producción nos llevará a la abundancia, lo que a su vez facilitará esa reforma moral que pretenden. Pero hasta que llegue esa abundancia, son precisamente los socialistas, marxistas o utópicos, los que comprenden que lo más importante del sistema económico y social que está surgiendo de la Revolución Industrial está en las relaciones laborales dentro de la fábrica. Los teóricos de la gestión de recursos humanos que hoy estudiamos, a partir de Taylor, son más de un siglo posteriores; y los economistas hace tan sólo unas décadas que se ocupan del tema.
Los marxistas, una vez sentado su objetivo revolucionario, se ocupan de las relaciones laborales para mostrar la explotación de los trabajadores por los capitalistas.[2] Hasta después de la Revolución rusa de 1917 no caerán en la cuenta de que el problema de los incentivos para hacer más productivos a los trabajadores no desaparece con el triunfo de la revolución política. Los socialistas utópicos, en cambio, al pensar en unidades productivas más pequeñas, se ocupan continuamente de cómo deben organizarse de la forma más eficiente. Al no ser radicales en su enfrentamiento con las clases pudientes, apelan a sus sentimientos humanitarios; pero también a sus intereses, porque están convencidos de que sus propuestas no sólo traerán la felicidad, sino que son plenamente rentables. Esta falta de compromiso con la lucha de clases sacaba de quicio a Marx, que los anatemiza en el Manifiesto Comunista; eso es en 1848, casi medio siglo después de que Robert Owen haya gestionado con éxito sus empresas. Pero el fracaso de la economía soviética, precisamente en la organización de la producción, nos dice bien claro que mejor hubieran hecho los revolucionarios en atender a las explicaciones de los cooperativistas, y especialmente a los métodos realmente empleados por Owen antes de defender las cooperativas como forma eficiente de organización de la producción.
La historia de los socialistas utópicos la han escrito fundamentalmente los historiadores del socialismo. No es esa historia la que pretendo aquí resumir ni discutir.[3]
Quienes debemos escribir la otra historia de los socialistas utópicos somos los que nos dedicamos a la historia empresarial, a entender las relaciones industriales, la gestión de los recursos humanos en la empresa, ahora y en el pasado reciente, desde el nacimiento de la empresa moderna, que precisamente da sus primeros pasos con la centralización de los trabajadores en la fábrica.[4] Y en esa otra historia destaca sobremanera la figura de Robert Owen.
No tenemos para esta tarea fuentes fáciles. Su propia Autobiografía, escrita al final de su vida, en 1857, es fácil pensar que esté reelaborada en su pensamiento teniendo en cuenta la experiencia política que ocupó la mayor parte de su vida desde 1812. Las múltiples biografías e historias escritas sobre él se centran más en su labor política que empresarial; o bien miran a su labor empresarial como si desde el principio hubiera tenido una motivación humanitaria.[5] Vamos a hacer aquí un esbozo de esa parte más o menos oculta de su obra. Y lo haremos porque, como he dicho, es la fuente de sus propuestas, lo que explica mejor el éxito o el fracaso de las mismas. Al final se incluye un texto breve del propio Owen. Aunque sea un hombre de acción mucho más que un intelectual, sus escritos son lo único que el lector de hoy tiene para acercarse sin intermediarios a sus obras. Quien esto escribe es el intermediario en esta ocasión; el texto permite al lector, por un momento, tratar directamente con el personaje, sus ideas y sus propuestas.
1814: Los filántropos compran New Lanark
Vamos a comenzar el estudio de los hechos de que nos interesan de la vida de Robert Owen
en 1814. En esa fecha, como consecuencia de desavenencias entre los socios y herederos de socios de la empresa propietaria de New Lanark, el establecimiento completo sale a subasta. Es un enfrentamiento entre dos grupos rivales dentro de una empresa, una lucha interna por el control. Nada que no sea habitual en los negocios, que no haya sido frecuente en la carrera industrial del propio Owen y que no haya sido siempre bien resuelto por él. Pero esta vez hay algo especial, que marcará un punto de inflexión entre dos Owen: uno, el industrial con éxito, de reputación inmejorable primero entre los industriales, clientes y proveedores; otro, posterior, el agitador político que conecta con las masas de la clase trabajadora, el incansable escritor y divulgador de sus escritos, el iniciador de comunidades, sindicatos, cooperativas.
En su Autobiografía, escrita como hemos dicho, al final de su vida, y con otros pensamientos, nos dice Owen que, para entonces, estaba cansado de socios que sólo querían ganar dinero, que "estaban entrenados meramente para comprar barato y vender caro". Los seis socios que busca y encuentra esta vez son diferentes: gente muy distinguida que nunca había tenido contacto comercial con los negocios ni con el propio Owen. John Walker de Arnos Grove, el más rico de ellos, tenía, por herencia, una fortuna como para comprar New Lanark varias veces sin que su patrimonio lo notara. Los demás eran filántropos y reformadores de inspiración religiosa; y
el filósofo (también rico por herencia) Jeremy Bentham,
Mencionemos solamente, antes de repasar hacia atrás los hechos que nos interesan (mezcla de acontecimientos estelares de la Revolución Industrial y de la vida del propio Owen) que ni siquiera el segundo Owen fue nunca un intelectual. No tenía mucha cultura. En la escuela aprendió, hasta los 9 años, a leer, escribir y las reglas de la aritmética; y luego leyó bastante en su adolescencia, pero la experiencia en los negocios valía para él más que todo lo que los libros pudieran enseñar. Lo que más le preocupaba en ese terreno, desde su adolescencia, era el complejo que siente un hombre rico, pero hecho a sí mismo, ante gente culta, de buenas maneras. Cuando descubrió que su lenguaje directo, con ideas claras que iban directas al objetivo de la exposición, y con hechos y datos relevantes para el tema en discusión, llegaba al auditorio de Manchester con más fuerza que la retórica de Coleridge, se acabó su complejo de persona poco ilustrada. La propia mención que hace en su Autobiografía del debate con Coleridge nos dice bien claro que no era un romántico: no aparece ningún interés por la poesía de Coleridge y Worsworth (al contrario que John Stuart Mill, al que la lectura de estos poetas ayudó a superar una profunda depresión), sólo una preocupación de quien quiere ascender en la escala social.
Pero incluso después de este ascenso, cuando era un hombre rico y un triunfador en los negocios pero dedicado plenamente a la reforma política y moral de la sociedad, seguía siendo un hombre práctico. La descripción que hace de la compra final, por parte del conjunto de socios filántropos, es más una justificación, en términos empresariales, de su gestión anterior: si New Lanark valía 114.100 libras, debía haber sido una empresa bien gestionada desde que Owen y sus socios la comprasen, en 1789, por 60.000 libras. Y el establecimiento textil siguió dando beneficios bajo la dirección de Owen, con socios de cualquier tipo. Nadie mejor que Engels, que junto con Marx adjudicó la despectiva etiqueta de "utópicos" a los socialistas que apelaban a los buenos sentimientos de los ricos, para dar cuenta de que la formación de Owen seguía presente en los años políticos. Dice Engels en Socialism: Utopian and Scientific [1880]:
"El comunismo de Owen se basaba en fundamentos puramente empresariales, digamos que era el resultado de cálculos comerciales. Siempre mantuvo este carácter práctico. Así, en 1823, Owen propuso remediar la miseria en Irlanda mediante la formación de colonias comunistas, y llevó a cabo una estimación completa de los costes de fundarlas, el gasto anual de las mismas, y el rendimiento esperado. Y en su plan definitivo para el futuro, el desarrollo técnico de los detalles está llevado con tal conocimiento práctico ... que una vez que aceptásemos el plan de Owen para la reforma social, habría muy poco que decir, desde el punto de vista práctico, acerca de la organización concreta de los detalles."[7]
Engels, a pesar de tener, por sus negocios familiares precisamente en el sector textil en Manchester, un conocimiento de los asuntos empresariales mucho más directo que Marx, era sin duda un "hombre de libros", y se extraña de esta característica tan práctica y empresarial en un reformador social como el Owen a quien él se refiere. Para cualquiera que estudie la Revolución Industrial y la carrera empresarial del propio Owen, lo verdaderamente chocante es que los historiadores del Socialismo hayan asociado, como Engels, la figura de Owen, práctico y empresarial, con la de Fourier, soñador más bien loco.
A ese carácter práctico hay que añadir una visión industrialista, diríamos capitalista, de la producción moderna que otros defensores de las cooperativas no compartían, bien por ideología o simplemente porque la mayoría de quienes apoyaban el movimiento eran gente pobre. Aquí hay un elemento político, la que irrita a Marx y Engels: Owen, además de poner su fortuna personal en sus experimentos, confiaba siempre en convencer a los ricos y poderosos para que pusieran grandes cantidades de dinero en sus proyectos, y así había ocurrido muchas veces. Pero hay un elemento empresarial que no debemos pasar por alto:
Owen tenía claro que la producción moderna requiere capital, y que cualquier comunidad necesitaba arrancar con una inversión suficiente como para ser competitiva, no constituirse en un pequeño mundo aparte.
El joven Owen, un empresario triunfador
Robert Owen nació en Newtown, en Gales, en 1771. Era un pueblo de unos mil habitantes, centro de comercio de una comarca rural. Su padre tenía un negocio de guarnicionería y ferretería. En la escuela del pueblo aprendió lo básico, pero tenía acceso a las bibliotecas de la gente ilustrada del pueblo, y solía leer una novela cada día. Con nueve años dejó la escuela, en la que destacaba tanto como para que el maestro le tomase, desde los siete años, como ayudante para enseñar a leer, escribir y la aritmética a los demás niños. Entró a trabajar de aprendiz en una de las tiendas importantes del pueblo, trabajando todos los días pero viviendo con sus padres. Pero nuestro chaval quería ver mundo, y con diez años sus padres le enviaron a Londres, donde uno de sus hermanos estaba bien establecido en el mismo oficio que había aprendido de su padre. Con recomendaciones familiares consiguió trabajo de aprendiz en Stamford, una "ciudad de provincias", ciento sesenta kilómetros al norte de Londres en la ruta hacia Manchester y Escocia. En su Autobiografía, Owen siempre da los detalles comerciales, técnicos, salarios, todo detallado de la manera que llama la atención del intelectual, pero que no sorprendería a ninguno de sus colegas en los negocios. (Resulta notable que los escritos políticos de Owen sean repetitivos y bien poco atractivos, y sin embargo su Autobiografía, escrita como cualquier autobiografía de un hombre de negocios triunfador y en un lenguaje nada grandilocuente y siempre llena de datos, sea el único de sus libros atractivo y agradable de leer). Su contrato era por tres años; el primero sin paga, el segundo con un salario anual de 8 libras, y 10 libras el tercero. Todo ello con alojamiento, comida y lavado de ropa en la casa. ("Desde entonces, con diez años, nunca más necesité dinero de mis padres", nos dice Owen). El empresario, James McGuffon, era un comerciante reputado, hecho a sí mismo, que trató al chaval como uno más de la familia, y su biblioteca permitió a Owen seguir leyendo. Pero nos interesa lo que empieza a ser una formación empresarial práctica. "El señor McGuffon me introdujo cuidadosamente en la rutina de los negocios, me enseñó sus detalles, hasta acostumbrarme al
orden y a la precisión.
Pasados los tres años, nuestro adolescente seguía queriendo ver mundo, y eso significaba Londres, Londres, Londres. Con las recomendaciones de McGuffon entró a trabajar en una gran tienda de tejidos de Londres, "Flint and Palmer", en London Bridge. Tenía comida y alojamiento en la casa, "y un salario de 25 libras anuales, y me consideré a mí mismo rico e independiente" (p. 25). Pero los clientes eran muy diferentes, muchos de clase inferior; y recibían un trato impersonal, sin coba ni regateo en el precio. En la temporada de más actividad, la tienda permanecía abierta desde las ocho de la mañana hasta las once de la noche, los empleados tenían que madrugar bastante más para llegar vestidos y peinados de forma impecable. Comían algo rápidamente y por turnos, y luego se quedaban ordenando el género, ya sin los clientes en el establecimiento, hasta las dos de la mañana. Demasiado, aunque fuera en Londres. Owen utilizó sus recomendaciones y consiguió trabajo en un comercio importante de Manchester, con un salario, además del alojamiento, de 40 libras anuales, que ya era dinero. Las condiciones de trabajo eran buenas, los empleados solían ser de buena familia, y Owen trabajó allí hasta los 18 años.
Entonces, uno de los proveedores le habló de la nueva maquinaria que el industrial e inventor Richard Arkwright estaba introduciendo en la fabricación de tejidos, y le propuso dedicarse fabricar y vender esas máquinas. Owen pidió prestadas 100 libras a su hermano en Londres y se embarcó en su primera aventura empresarial. Pronto tenían cuarenta empleados, compraban a crédito la madera y el hierro, y el negocio funcionó bien. Pero era él quien lo llevaba: su socio era bueno en asuntos mecánicos, pero llevar las cuentas y dirigir al personal era tarea de Owen, que no entendía de máquinas pero se aplicó con intensidad. Considerándose bastante mejor empresario que su socio, Owen, en cuanto pudo, se estableció por su cuenta como empresario textil, utilizando tres de las máquinas producidas por su antigua empresa y que recibió como recuperación del capital invertido (pp. 31-32).
La naturalidad con que hablamos de negocios, máquinas, trabajadores y tejidos nos hace olvidar lo que es una cuestión fundamental: estamos en 1790, en los años de ebullición de inventos y producciones de lo que hoy conocemos como Revolución Industrial, pero no era nada obvio para los contemporáneos (García Ruiz, 1994, p. 25). Unas décadas más tarde la sociedad será plenamente consciente del inmenso poder de multiplicación de la riqueza material proporcionado por la nueva industria, y de las consecuencias sociales del cambio en la organización social. Es decir, a la vez de la miseria colectiva y de las posibilidades de resolverla, ambas sin precedentes y ambas a la vista de cualquier contemporáneo, sin necesidad de perspicacia o investigación. Pero esto no era así cuando nuestro casi adolescente Owen está iniciando su espectacular carrera empresarial. Las máquinas, el que los trabajadores estuvieran agrupados en las fábricas, los tejidos de calidad, todo era tan nuevo como los ordenadores podían serlo para nosotros hace veinte años, y todo ello estaba empujado por su espectacular rentabilidad y el ingenio de mecánicos y capitalistas, no por la ciencia de las universidades. El lenguaje es el que más claro nos lo muestra: escribiendo en 1857, todavía dice Owen de su primera empresa propia: "Alquilé un edificio grande de nueva construcción, o fábrica (factory), como empezaba a llamarse a estos sitios" (p. 34). Comenzó a fabricar tejidos de calidad, que nadie hacía entonces en Inglaterra. "Ganaba una media de seis libras de beneficio cada semana, y consideraba que lo estaba haciendo bien para ser novato" (p. 36). Entonces apareció en la prensa de Manchester un anuncio pidiendo un director para una gran fábrica que estaba en proceso de instalación. Un capitalista importante de Manchester, Peter Drinkwater, había construido una fábrica para producir tejidos finos, y cuando el edificio estaba terminado y montándose en él la maquinaria, su director, un reputado ingeniero, se marchó a otra empresa como socio. Owen, con 20 años, se presentó a la entrevista y pidió un salario de 300 libras, lo que sorprendió al capitalista aún más que su edad. Pero cuando le convenció, mostrándole los libros de cuentas y el funcionamiento de su propio negocio, de que ese dinero era lo que él estaba ganando en ese momento, consiguió el puesto. De un día para otro, se vio al frente de una empresa de 500 empleados, dejada el día anterior por el ingeniero director, y sin más ayuda para entender el funcionamiento de todo que los dibujos y los cálculos del anterior director, la organización ya en funcionamiento y la propia capacidad de trabajo y de observación del jovencísimo Owen. Durante seis semanas solo contestó sí o no a las preguntas sobre lo que había que hacer, sin dar ninguna orden directa. Pero después de ese tiempo, no sólo era capaz de conocer, dirigir y organizar el negocio, sino que producía el tejido de más calidad de Inglaterra, que es como decir entonces del mundo, y se hizo una fama entre los empresarios y profesionales del sector.
¿Qué tenía Owen para semejante hazaña? Hay mucho de estar al día en las continuas innovaciones tecnológicas, en la calidad de los tejidos y en las posibilidades de las materias primas, como el algodón de Estados Unidos.[8]
Pero sobre todo hay mucho de gestión de personal en la fábrica, en una época en que la fábrica y la gestión de personal eran nuevas o inexistentes. Los trabajadores de la fábrica se mostraban disciplinados, y a la vez satisfechos con las reglas y el modo de dirección establecido por Owen. El propio Owen destaca la influencia que ejerce sobre los trabajadores. Escribiendo en 1857, lo achaca a su conocimiento de la naturaleza humana, adquirido al abandonar "los prejuicios religiosos"; no se le ocurre pensar que se deba a su capacidad de motivar adecuadamente al personal, entendida como parte de sus habilidades naturales y conocimientos técnicos de gestión. Después de seis meses de gestión, "yo tenía una influencia completa sobre los trabajadores, y su orden y disciplina superaba a la de cualquier fábrica de la zona. Eran un ejemplo de regularidad y sobriedad, y ganaban salarios más altos y eran más independientes que nunca" (p. 42). Además, la fabrica estaba ordenada y limpia de forma que estuviera siempre lista para ser inspeccionada.
En este momento se entrelaza la vida sentimental y la carrera industrial de Owen. La autobiografía, en este momento, podría ser una novela de Jane Austen, que bien poco tiene que ver con el futuro reformador que pretenderá abolir la familia y provocará tal rechazo entre las clases acomodadas y bienpensantes que llegará a ser considerado el Anticristo. Dice el propio Owen: "Ahora que estaba establecido con éxito como socio en una de las compañías más respetables de Manchester, me sentí inclinado a buscar una esposa" (p. 65). Tanto en el casamiento de la hija de su anterior patrón, como en el suyo propio, Owen explica sin mayor extrañeza (que sí provoca sin duda en el lector de hoy, a no ser que se lo tome como un pasaje de las novelas de Austen) la negociación de las condiciones patrimoniales del contrato, la dote, la posible herencia, y los lazos empresariales que se ponían en marcha entre las empresas de ambas familias. La esposa pretendida por Owen era la hija de David Dale, uno de los industriales más respetados de Escocia. También, como Owen, un self-made-man, hijo de un tendero, que después de tener éxito como hombre de negocios se casó con la hija de un importante director del Royal Bank of Scotland.
Dale era propietario de la fábrica de tejidos más grande de Gran Bretaña, en New Lanark, a unos cincuenta kilómetros de Glasgow. Richard Arkwright había construido su primera fábrica, que utilizaba un caballo como fuerza motriz, en 1772; once años después Arkwright tenía cerca de cinco mil empleados en diversas fábricas. Buscaba socios que aportasen el capital mientras él aportaba las (discutidas) patentes para usar sus máquinas. En 1782 Arkwright y Dale estudiaron los saltos del río Clyde, celebrados por poetas y pintores, con la mente puesta en la utilización de su energía para la industria del algodón, y formaron una sociedad para desarrollar el proyecto. En 1784 ya estaban construidas varias fábricas y un pueblo entero; entonces Dale compró a Arkwright su parte y se convirtió en el único propietario. David Dale era, además de un industrial importante, un filántropo y líder religioso. New Lanark era ya un establecimiento modelo con él, a pesar de la terrible descripción que hace Owen de las condiciones de los trabajadores cuando él llegó. Un visitante de New Lanark escribía en 1796: "Es una verdad que debería grabarse en letras de oro, para honrar eternamente al fundador de New Lanark, que de los casi tres mil niños que han trabajado en estas fábricas en doce años, solo catorce han muerto y ninguno ha sufrido condena criminal" (Owen, Robert Dale, 1967, pp. 27-35). Esta mención a las muertes por accidentes o malnutrición y a los castigos serios no deben tomarse a broma.
Los niños trabajaban en las fábricas hasta el agotamiento, y les resultaba difícil mantener la velocidad que se les exigía en el trabajo. Los castigos físicos, a veces brutales, eran frecuentes, por llegar tarde, por hablar con otros niños, por algún error real o aparente. Si se escapaban de la fábrica podían ser enviados a prisión, y si se temía que se fugasen se les ponía grilletes.
Si hemos de creer a Owen en su Autobiografía, se enamoró de Anne Caroline Dale y, puesto que necesitaba la aprobación de su padre, lo mejor que se le ocurrió fue entrar en negociaciones para comprar New Lanark. Finalmente la "Chorlton Twist Company", de la que Owen era gestor y propietario de la novena parte del capital, adquirió los establecimientos por 60.000 libras. Era el verano de 1797, Owen tenía 28 años. Importantes amigos de Owen influyeron también sobre David Dale para convercerle de las virtudes de Owen como yerno, y el 30 de septiembre se acordó el matrimonio de Robert Owen y la hija de David Dale. En enero del año 1.800, Owen se hizo cargo de New Lanark, como socio propietario y único director. Margaret Cole nos dice, en su biografía de Owen, juzgando por las cartas que ambos se escribieron, que Caroline estaba muy enamorada cuando se casaron, y así siguió toda su vida; pero que "es dudoso si no eran las fábricas tanto como la dama lo que atraía a Owen" ("it is doubtful whether it was not the mills as much as the lady which attracted him", Margaret Cole, p. 35-36). Como hemos dicho antes, el tono de la autobiografía, como el de las novelas de Austen, cuando habla de las condiciones de los matrimonios es el mismo que cuando se refiere a las condiciones de los contratos mercantiles, y resulta difícil pensar que el Owen industrial triunfador de 28 años diferenciase el amor del ascenso social.
Pero volvamos a los negocios. Owen se convierte en el director de la fábrica más grande de Gran Bretaña, un reputadísimo gestor que llegaría a cobrar por su trabajo 1.000 libras anuales además de su parte en los beneficios, y un hombre de negocios bien establecido y relacionado. Lo que hoy llamaríamos el ejecutivo de la principal empresa del sector puntero en tecnología en un momento de efervescencia industrial. Desde luego que no es esta la labor por la que Owen es más conocido; pero insisto que lo que aquí pretendo no es solo destacar esa atractiva faceta de su biografía, sino que sostengo que sus ideas de organización de la sociedad provenían de su experiencia como hombre de negocios, concretamente como gestor de personal en una época en que todo eso era nuevo. De su experiencia en motivar e incluso transformar a las personas para hacerlas más productivas a la vez que más felices. Y que, por tanto, mucho más que sus escritos políticos, son sus hechos en ese período en que está logrando las cimas más altas del self-made-man los que tenemos que mirar si queremos entender lo más importante de su contribución al progreso de la humanidad.
New Lanark bajo la dirección de Robert Owen
En New Lanark Owen no solo se propone llevar a cabo una buena gestión empresarial, sino un experimento social. Eso dice en su Autobiografía, escrita en 1857. Pero lo cierto es que hasta 1812 Owen no tiene nada que ver con la política, piensa y siente como un industrial y lo único que le preocupa de los círculos intelectuales y distinguidos es cómo consolidar en ellos su posición social a pesar de su acento galés y su escasa educación formal. Así que analicemos su trabajo en New Lanark, sin preocuparnos de si lo hacía como empresario o como filántropo. De lo que no cabe duda es de que lo hacía bien como empresario: el establecimiento aumento su valor y no dejó de producir importantes beneficios, además de proporcionarle a él uno de los salarios más altos de la época (García Ruiz, 1994, pp. 28-29).
Owen y sus contemporáneos describen el pueblo industrial de New Lanark como la antítesis de una población adecuada para la industria: la depravación moral que todos señalan se traduce, en lenguaje actual de gestión de personal, en alcoholismo, delincuencia (que incluye sobre todo robos en las fábricas), absentismo, nula motivación y escasa productividad. No cabía esperar otra cosa, a pesar de que David Dale tenía sin duda mucho mejor corazón que la mayoría de sus colegas industriales.
Especialmente sobrecogedoras, sea cual sea su resultado en la productividad, son las condiciones de trabajo de los niños. Los empresarios de las fábricas eran responsables de su comida, vestimenta, alojamiento y educación, pero bien pocos lo hacían en condiciones humanas. Los niños, en consecuencia, apenas crecían y estaban pálidos y con deformaciones físicas, y casi siempre analfabetos. No existía ninguna seguridad física en el trabajo, y muchos niños resultaban muertos o heridos en accidentes de laborales.
New Lanark es el paradigma de la dislocación que supuso para la sociedad británica la Revolución Industrial. Era un pueblo completamente nuevo, de más de dos mil habitantes. Owen llama ciudad ("market town") a su Newtown natal, de unos mil habitantes; pero todos llaman pueblo, "village", a New Lanark. De los 2.000 trabajadores, 500 eran niños, reclutados generalmente de orfanatos (workhouses) de Edimburgo y Glasgow, porque los trabajadores eran reacios a permitir que sus hijos trabajasen en las fábricas. Los niños eran adecuados para ese trabajo,
no solo por su bajo coste, sino porque su pequeño tamaño les permitía introducirse en los entresijos de las máquinas para recoger el algodón que iba cayendo o revisar posibles averías. Todo esto se hacía continuamente, mientras las máquinas estaban funcionando.
Los niños eran la verdadera mano de obra de las fábricas. Empezaban a trabajar a los cinco o seis años, con una jornada de trabajo de hasta catorce o incluso dieciséis horas, y a los poco años su palidez y malformaciones físicas eran inevitables. No es de extrañar que fuera precisamente en este terreno donde confluyeran el Owen industrial y el Owen reformador social, en un sentimiento compartido por muchos de las clases acomodadas. Las críticas a la religión, a la familia, y a la propiedad privada, alejaron después a Owen del respeto de los bienpensantes.
Volvamos a la administración de personal y la rentabilidad, que eran las tareas de Owen en New Lanark. El primer problema con el que se enfrentó, acostumbrado como estaba a ejercer gran influencia sobre los trabajadores, es que éstos, además de la resistencia natural a cambiar de hábitos, eran escoceses a los que se les imponía un director inglés. Esta vez no fueron seis meses, sino seis años los que necesitó para ganarse su confianza. New Lanark fue conocida en todo el mundo como uno de los primeros experimentos de crear un entorno de trabajo y unas condiciones de vida aceptables para la población trabajadora, sin apartarse del proceso industrial de mecanización a gran escala. Aparte de la escuela, se construyeron viviendas mejores para los trabajadores y sus familias, con iluminación por gas, y condiciones higiénicas cuidadas. Owen mejoró las tiendas, lo que se tradujo, nos dice con su habitual precisión, en una mejora visible de su salud y de su vestimenta: ahorraron el 25% de sus gastos y mejoró la calidad de la mercancía. Pero la confianza de los trabajadores se la ganó Owen en una situación más dramática: en 1806 Estados Unidos suspendió sus exportaciones de algodón por una crisis diplomática. El precio de la materia prima no hacía rentable la producción, y la mayoría de las fábricas pararon y dejaron sin empleo a los trabajadores hasta que se solucionó la crisis, cuatro meses después. Pero Owen paró la producción sin dejar de pagar a los obreros, 7.000 libras en total sin más contrapartida que mantener la maquinaria limpia y en buenas condiciones. No se descontó ni un penique del salario de nadie. "Este proceder ganó la confianza y el corazón de toda la población". (David Dale había actuado de forma parecida antes de llegar Owen, cuando un incendio destruyó parte de las fábricas. Morton, p. 77).
En esta medida vemos la conjunción de lo que resulta siempre mezclado en la gestión de Owen: el establecimiento de un implícito pero cierto seguro de desempleo, que sin duda ha de tener efecto sobre la motivación y el clima laboral en la empresa; y el paternalismo de una actuación que todos los trabajadores atribuyen a un patrón con cara y nombre, al que amar y admirar. Owen era completamente contrario a los castigos corporales, que eliminó de la educación de su establecimiento; y creía en los estímulos positivos.
No obstante, tenía que inventar procedimientos para controlar los hurtos en la fábrica y para controlar el rendimiento. Lo primero lo hizo con un sistema de control que hacía evidente en qué punto de la cadena se había echado en falta una herramienta: en otras palabras, qué trabajador era el culpable del robo. Lo segundo lo hizo con ayuda de lo que consideró el ingenio más eficiente para controlar la conducta poco diligente de los trabajadores: el "vigilante silencioso" (silent monitor). Se trataba de una pieza de madera de forma cúbica, que podía girar sobre un eje para mostrar una de las cuatro caras visibles, pintadas con cuatro colores diferentes: negro, azul, amarillo y blanco. Había un cubo para cada empleado, colgado en un sitio bien visible para todos, y el color decía cuál había sido el comportamiento del trabajador el día anterior: negro si era malo, blanco si era excelente, azul y amarillo para el comportamiento regular o bueno. Además, se llevaba registro diario esta conducta, en los libros de registro que duraban toda la vida laboral del trabajador.[9] El superintendente de cada departamento ponía diariamente cada "vigilante silencioso" en la posición corresponiente, y el jefe de fábrica ponía el del superintendente. Si alguien no estaba de acuerdo, tenía derecho a quejarse a Owen, o al jefe de fábrica si Owen no estaba, antes de que la puntuación se registrase en el libro; pero estas quejas se producían muy raramente. Esto tuvo un efecto de mejora que superó cualquier expectativa. "Así yo podía ver de un vistazo, según pasaba por cada dependencia de las fábricas, cómo se había comportado cada uno durante el día anterior" (pp. 112, 189). Los colores que predominaban fueron pasando del negro al blanco.
Pollard hace una interpretación bien alejada del paternalismo:
"Un ejemplo de caso aislado de reflexión consciente sobre la dirección de empresa e intento de sistematizarla es el de Robert Owen, primero en Manchester y luego en New Lanark. ... Su ventaja competitiva no provino de una gran capacidad de negociación, ni de unos canales de comercialización especialmente eficaces, sino que surgió de su capacidad de ganarse la colaboración de sus trabajadores sin por ello pagarles más que salarios competitivos, así como la 'metódica disposición' de la fábrica, una atenta política de modernización técnica y una cuidadosa selección y formación de los subdirectores. Es probable que su éxito se debiera en gran medida a su capacidad de manejar las técnicas administrativas del sistema fabril, técnicas que, en aquella época, eran totalmente ajenas a la experiencia de los hombres que estaban explotando esta nueva forma de organización social. Cuando Owen llegó de Manchester para hacerse cargo de la dirección de las fábricas de New Lanark, estaba dotado de un conocimiento de los procesos administrativos de la dirección de una fábrica que tal vez fuera único en la época. Esto le permitió realizar la más fina de las hilazas, con la cual se obtuvieron los grandes beneficios que sirvieron de base a sus proyectos filantrópicos" (Pollard, pp. 329-330).
Estas dos posibles interpretaciones del éxito de cada medida de Owen en la administración de personal, la paternalista o la del conocedor de las técnicas de administración de personal (las dos explicaciones no son necesariamente contradictorias) van a ser más importantes en la segunda etapa de su vida, la que no analizamos aquí. Cuando se lanza a fundar comunidades que extiendan los métodos humanitarios de New Lanark (aunque menos industriales, pues pretende que sean autosuficientes), se repite una y otra vez la misma situación: las cosas no van mal al principio, pero cuando Owen, que creía en los principios igualitarios de que hablaba, quería que la comunidad siguiera funcionando sin él, con los directores que él había formado, entonces el fracaso era absoluto. Wilson (p. 116) destaca los nobles ideales del patrón: "Owen había empezado su labor en New Lanark con los seres menos prometedores que quepa imaginar. Y nunca se le ocurrió pensar que su propio carácter era excepcionalmente elevado, y que a él y no a la bondad natural de los hijos de aquellos padres miserables se debía el que New Lanark fuera una comunidad modelo. No comprendió que New Lanark era un mecanismo que él mismo había creado y que personalmente tenía que controlar y mantener en funcionamiento." Estas virtudes como dirigente industrial pueden ser muy bien defectos para trabajar en equipo. William Lovett, uno de los dirigentes del cartismo y que trabajó después con Owen en el movimiento cooperativista, afirma que Owen era fundamentalmente despótico y resultaba prácticamente imposible colaborar con él sobre bases democráticas.[11] Añadamos a estas explicaciones que no todos valemos igual para gestionar una empresa y organizar y motivar a sus trabajadores; Owen era un genio, al que los capitalistas no dudaban en pagar bien por su trabajo. Convertido en reformador social, filántropo y terco "hombre de una sola idea", como le consideraron los intelectuales que primero se acercaron a él con toda la atracción, simpatía y admiración, parece que se le olvidó que la capacidad para los negocios es un conocimiento y una habilidad compleja, más importante cuanto más compleja es la economía en la que se desarrollan los negocios. Debió pensar
que las mil libras anuales que cobraba por dirigir New Lanark eran absurdas, cualquiera podía hacer ese trabajo.
Sin embargo, la primera época, la del administrador de recursos humanos en un período y un sector donde se están produciendo las innovaciones tecnológicas y los cambios sociales más importantes, ese primer Owen no sólo es un precursor de la que a principios de este siglo discutirán y aplicarán los seguidores de F. W. Taylor y de Elton Mayo: es un genio de la administración que es capaz de enfrentarse a una situación nueva y resolverla aplicando, con tosquedad expositiva pero con eficacia práctica, las mismas ideas que todavía hoy discutimos y apenas conocemos.
Robert Owen en la historia empresarial
Hemos empezado este trabajo diciendo que la bibliografía sobre Robert Owen y su fama como reformador social son inmensas, pero que su relevancia como pionero de la gestión profesional de la empresa es, por lo general, mucho menos valorada y estudiada. García Ruiz, en su libro Historia Económica de la Empresa Moderna (1994, pp. 30, 161, 164-171), acierta plenamente al situar a Owen en el apartado "La empresa moderna en Gran Bretaña", y destacar que importa "saber cómo se enfrentaron a los problemas de gestión y control algunos grandes empresarios como Ambrose Crowley [que dirigió una fundición de hierro hacia 1700] o Robert Owen" (p. 161). Pero el texto elegido nos trae al Owen utópico, no al dirigente industrial.[13] Lo titula "El reglamento de una gran empresa ideal a principios del siglo XIX", referido a una cooperativa autosuficiente, de 500 miembros. Este el tipo de intentos que hoy asociamos con Owen; pero sus contemporáneos, en la fecha en que publica y difunde estas propuestas, le consideraban un self-made-man, un hombre de éxito empresarial hecho a sí mismo, con conocimientos técnicos, de dirección y de gestión de personal, en el sector puntero de la revolución industrial. Sus relaciones y contactos no eran intelectuales ni políticos, sino empresariales, y todo ello construido entre los 20 y los 28 años. Y si queremos ver cómo funcionaba una gran empresa ideal en el siglo XIX, no es al reglamento voluntarista de una cooperativa donde tenemos que mirar; sino a la forma concreta en que Owen organizó con éxito, como director a sueldo, una empresa de 500 empleados, tamaño bastante respetable para la época, 1791. Y después, como principal socio propietario y único director, el establecimiento textil de New Lanark, en Escocia, con casi dos mil empleados, y que era no sólo una de las mayores empresas textiles de su época, sino una empresa modelo desde el punto de vista empresarial. Sólo en 1813, como consecuencia de una disputa con los socios, y siendo ya Owen un hombre importante y respetado por el establishment, comienza a pensar en socios filántropos "que no estén deseosos de ganar dinero". Ahí empieza el Owen político, el difusor de nuevos ideales cooperativistas, el filántropo o soñador que se gasta su fortuna en fundar nuevas comunidades ideales. Pero el hecho de que primero hubiera ganado su fortuna en el sector textil no es sólo un dato biográfico: había ganado su fama y su fortuna aplicando
métodos de gestión, especialmente de gestión de personal (aparte de introducción de maquinaria y prácticas comerciales y empresariales sanas); y fue precisamente el éxito de esos métodos, contrarios a lo que se consideraba "productivo" en su época, lo que convenció a Owen de que había que mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. En otras palabras, con un buen ambiente de trabajo aumenta la productividad, pensaba Owen. Esto tiene poco que ver con la filantropía, sobre todo cuando "pensaba" significa "había aplicado con éxito en la industria en contra de la opinión generalizada".
El socialismo es sin duda un asunto intelectual, y Owen no era un intelectual, ni un gran pensador, ni un buen escritor.
llegó al convencimiento de que unas mejores condiciones de trabajo mejoraban a la vez la productividad y la felicidad de todos
Después, convertido en un filósofo de poca monta pero de mucha influencia por su propia fuerza como líder político y antes como empresario, produjo numerosísimos escritos y también acción política. Pero su papel político vino como consecuencia de su éxito como empresario y gestor de personal. Como afirma Gatrell (en Owen, 1970, p. 47) Owen había refutado las ideas tradicionales sobre los trabajadores en New Lanark, y trató de hacer lo mismo en toda Inglaterra. Fue ese cambio de énfasis el que le convirtió en portavoz de la clase trabajadora ("It was this change of enphasis which –almost incidentally– made him the spokesman of the working people").
Primero estaba el magnífico gestor de recursos humanos, que llega a ser, con 28 años, el director del mayor establecimiento textil de Gran Bretaña y uno de los accionistas principales. En el Prefacio al tercer ensayo de New View of Society, que reproducimos completo al final de este trabajo,
Owen afirma que "desde el comienzo de mi dirección, consideré a los trabajadores, junto con los mecanismos y todas las otras partes del establecimiento, como un sistema compuesto por muchos elementos. Era mi obligación y mi interés combinarlos para que cada trabajador, así como cada resorte, cada palanca y cada rueda pudieran realmente cooperar con el fin de producir el mayor beneficio pecuniario para los propietarios."
recomendaciones dirigidas a los empresarios, no a su corazoncito filantrópico, sino a su tarea como negociantes: "si dedicar el debido cuidado al estado de sus máquinas inanimadas puede producir resultados tan beneficiosos, ¿qué no puede esperarse si dedican la misma atención a sus máquinas vitales que están mucho más maravillosamente construidas? ... Por mi experiencia, que no puede engañarme, me aventuro a asegurarles que su tiempo y su dinero aplicados de esta forma, si están dirigidos por un verdadero conocimiento del tema, les rendirán no cinco, diez quince por ciento de sus capitales invertidos sino con frecuencia cincuenta y en muchos casos el cien por cien."
La "autoridad absoluta del capitalista" puede ser una buena expresión para criticar las pretensiones políticas del laisez-faire económico, pero dentro de la empresa las cosas son más complicadas. Por ponerlo en palabras de Leibenstein, un economista actual que se ocupa de la motivación de los grupos de trabajo dentro de la empresa:
Los estudios empíricos muestran que los factores psicológicos son importantes; las unidades pequeñas son más productivas que las grandes; los grupos compuestos por amigos son más productivos que los sin lazos de amistad; los grupos supervisados de forma general son más productivos que los supervisados de cerca; los grupos que reciben más información sobre la importancia de su trabajo son más productivos ("que la dirección preste especial atención a un grupo de trabajadores puede incrementar la producción").[15]
Lo que nos interesa destacar aquí es que Robert Owen el reformador social nunca dejó de ser Owen el empresario modelo de la revolución industrial. Hablando y actuando en un período de grandes cambios industriales y por tanto sociales, aparecen mezclados la defensa de la humanidad con lo que hoy llamaríamos los incentivos a la productividad. En su testimonio ante el Parlamento, en 1815, sobre las condiciones de trabajo en New Lanark, el lenguaje técnico casi nos hace olvidar que lo que se está discutiendo es si los niños deben trabajar en las fábricas a la edad de cinco o seis años durante trece, catorce o hasta dieciséis horas diarias (según cómo fuera de duro el industrial), como era lo habitual entonces; o a los diez años, como Owen había establecido en New Lanark; o a los doce, que el lo que Owen propone y habría hecho hace tiempo, dice, si las fábricas fueran suyas al cien por cien. (Owen comienza su testimonio afirmando que era el propietario principal y el gerente: "principal propietor and sole acting partner of the establishment at New Lanark, in Scotland", un pueblo-fábrica donde viven 2.300 personas de las cuales trabajan directamente en la fábrica 1.700; la diferencia son las escasas personas que no trabajaban en las fábricas: algunos niños, los ancianos, y algunas esposas). Afirma que no emplea niños de menos de diez años porque sería a la vez perjudicial para los niños y nada beneficioso para los empresarios ("and not beneficial to the propietors"). Describe las reformas emprendidas (la principal, un economato que financia la escuela), y considera el mejor logro la mejora moral de los obreros. Pero termina describiendo "otras ventajas importantes, desde le punto de vista pecuniario." Como los trabajadores se dan cuenta de que se presta atención a su mejora, están dispuestos a trabajar incluso a salarios mucho menores que los que se pagan en fábricas cercanas.[16]
Casado (1998) considera que "entre 1850 y 1870 los casos de empresas de gran tamaño y de elevado número de obreros son escasas"; cita algunas empresas de la siderurgia, minería o textil, y continua: "De igual manera, las empresas que en esa época habían iniciado un proceso de integración vertical y horizontal eran muy pocas. El caso de la gran fábrica textil dirigida por Robert Owen en New Lanark (Escocia), que llegó a tener 1.600 obreros en 1817, o el de los complejos minero-metalúrgicos de Cockeril en Bélgica, son extraordinarios" (p. 43). Lo que nos interesa de esta referencia no es lo excepcional del tamaño de la fábrica de Owen, sino su cita en un texto de historia empresarial nada teórico, como el empresario líder del sector, y precisamente del sector textil algodonero organizado en torno a Manchester, en Inglaterra, y no como el pensador que estamos acostumbrados a estudiar. Y Casado destaca que las empresas textiles de Manchester eran más pequeñas y artesanas que las de Estados Unidos y, cabe pensar, que las de New Lanark. ¿Era Owen un gestor capaz de dirigir una empresa "moderna", en el sentido de Chandler, con su complejo mecanismo de gestión de personal, en un mundo donde los capitalistas pensaban como Smith, en la atenta vigilancia del negocio como clave de la rentabilidad, más el añadido escandaloso de Bernard Mandeville contrario a la extensión de la educación de la infancia? Cuando, unas páginas más adelante, Casado explica las investigaciones de François Crouzet sobre los orígenes sociales de los empresarios de la Revolución Industrial, concluye que "lo fundamental son las clase medias, y no hay ningún self-made-man" (p. 48). Aquí hubiera venido bien la excepción, otra vez, de Owen: nacido en una humilde familia galesa, con treinta años había hecho ya una fortuna, trabajando desde los diez años como aprendiz con un hermano, y así aprendió el oficio, a la vez que ganó su subsistencia. Asumió la dirección de New Lanark en 1800, poco después de su matrimonio con la hija del propietario, cuando ya era un hombre rico hecho a sí mismo en la industria textil. (No olvidemos que tanto David Dale, su suegro, como el señor McGuffon, su primer patrón, eran self-made-men. Crouzet está en lo cierto si se refiere a que sus padres no eran en modo alguno trabajadores de las fábricas o campesinos; pero "clases medias" significa entonces algo que sólo puede entenderse por contraposición a la aristocracia y a los ricos comerciantes). Tampoco cuadra esta vida con lo que Casado considera la formación normal entre los empresarios de la época: "En este buen nivel de enseñanza [los niveles secundarios de la educación británica] es en el que se formaron gran parte de los directores de la primera Revolución Industrial" (p. 54). Robert Owen se formó "en el tajo", en el sector puntero de la revolución industrial, con su propia iniciativa.
Pero en definitiva, lo que Casado nos está contando es el paso de la empresa preindustrial, pequeña, artesanal, sin grandes necesidades de capital, de conocimientos técnicos o de organización e iniciativa empresarial, a la empresa industrial moderna en sus primeras fases. "Si la aparición del sistema fabril produjo transformaciones en los medios de producción y en los empresarios, otro tanto se puede decir en la población trabajadora. ... El factory system ... supuso que las formas centralizadas de organización fueran las imperantes y, progresivamente, las mayoritarias. ... Si estas transformaciones afectaron a la mano de obra de la industria moderna, también lo hicieron, aunque de manera diferente, a la dirección de empresas. Ahora, la gestión de los recursos humanos se convertirá en uno de sus componentes. Hasta entonces, los empresarios preindustriales nunca se habían enfrentado a la tarea de tener bajo sus órdenes a un número tan elevado de empleados. ... Cómo reclutar mano de obra, cómo imponer una disciplina de trabajo, cómo formar a dicha población laboral, dónde alojarla, cómo retribuirla, se convierten en problemas habituales. Para afrontarlos, los empresarios no contarán apenas con experiencias anteriores, por lo que lo habitual fue el recurso a improvisar en la práctica la dirección de dicha mano de obra. Hubo algunos teóricos de tal cuestión, como Robert Owen, pero su repercusión fue mínima". Aquí desaparece también la referencia de Casado a los métodos de gestión de personal: luego dedica un apartado a "Las nuevas formas de gestión empresarial", dedicado a la financiación, a la contabilidad y a la publicidad, y finalmente a "los inicios de la moderna dirección de empresa".
Y concluye con pleno acierto, a mi entender, que "la aparición de los principios de dirección de personal y de las nuevas formas de organización del trabajo será fruto del pensamiento filantrópico del socialismo utópico. En este aspecto es destacable el papel de Robert Owen, el cual llegó a ponerlos en práctica en su fábrica de hilados de algodón de New Lanark (Escocia). Allí, en contra de los criterios de la época, redujo las jornadas de trabajo, mejoró sus condiciones, aumentó los salarios,[17] estableció cálculos del rendimiento de los obreros y elaboró teorías acerca de cómo había de distribuirse científicamente la labor de estos" (p. 64). [Cuadro nº 1.- Metodos aplicados en las fábricas para disciplinar a los niños empleados, 1833.]
Gatrell concluye su introducción diciendo que el Owenismo, aunque queden vestigios de él en movimiento cooperativo moderno, es hoy principalmente un fenómeno del pasado (Owen 1970, p. 80). Mi argumentación en este trabajo es la contraria: visto desde la historia del socialismo, seguramente es así. Pero visto de forma más amplia, desde la historia y actualidad de las organizaciones, de las grandes empresas y su organización, la tarea de Owen no sólo es pionera, sino que impresiona por su actualidad, por su preocupación por los recursos humanos como un factor tan importante para la competitividad de la empresa como la tecnología, y todo ello, sobre todo en el Owen de 1812, que fue el que forjó su pensamiento posterior, aprendido y contrastado dentro de la fábrica, dentro de una forma de organización y producción tan innovadora en ese momento, desde el punto de vista tecnológico y organizativo, que el propio término de "fabrica" (factory) es usado por Owen en sus memorias, ya en 1857, como una palabra técnica, nueva, "como se empezaba a llamar a estos establecimientos", nos dice. El socialismo político, como ideal y como organización de poder concreta, ha sido muy importante en los dos siglos pasados. Si pertenece al pasado o no, no es mi tema en este trabajo. Pero los esfuerzos de Owen por establecer incentivos adecuados para los trabajadores dentro del proceso productivo son hoy un ejemplo impresionante por sus logros y una inspiración viva para cualquiera que quiera entender qué es lo que hace a unos trabajadores más motivados que otros, mejor organizados, y más productivos, y si digo más felices no estoy, en modo alguno, saliéndome del tema. La satisfacción en el puesto de trabajo es uno de los aspectos que cualquier director de recursos humanos debe tener en cuenta para conseguir motivación y productividad. Lo que Salas llama el "modelo participativo" de empresa (1993, p. 138) no es una discusión sobre el socialismo político ni sobre las cooperativas, sino sobre las formas eficientes de organización empresarial. Estas no siempre coinciden con los ideales de Owen, ni con la autoridad tradicional: depende de los sectores, de los países, de la tecnología, de tantas cosas que hoy estudiamos y que antes de Owen se encerraban en el desprecio del factor humano dentro de la empresa (el término en inglés para referirse a los trabajadores de las fábricas es "hands", manos). El primer Owen, industrial, empresario, gestor de personas y máquinas, innovador con éxito, es el que nos impresiona en este terreno, y, no lo olvidemos, es el que forjó intelectualmente al Owen político más difundido.
Y es justo en este terreno donde debemos volver a la biografía de Owen como industrial y preguntarnos por la clave de su éxito. Y esa clave parece estar muy relacionada con su propia persona. En lenguaje profesional y un tanto provocativo, podríamos decir que New Lanark estaba mucho más lejos del socialismo o del movimiento cooperativo que del "paternalismo industrial". (Dejemos para otra ocasión la misma pregunta referida a la empresa participativa de que habla Salas, o el modelo japonés de dirección de empresas). David Dale había sido para los trabajadores de New Lanark "como un padre para sus hijos" (Gatrell, p. 41), y así es como los trabajadores considerarían al propio Owen. Su carisma y su filantropía, juntos, debían de ser poderosos como elemento de motivación para sus subordinados. Tal vez mucho más que el propio diseño organizativo puesto en marcha por él: las comunidades que fue fundando después, ya como político y filántropo, fracasaban tan pronto como la dirección quedaba en manos distintas de las de Owen. Los numerosos visitantes de New Lanark, personalidades notables de la época, entre ellos el futuro Zar de Rusia y la nobleza aristocrática inglesa, además de los industriales, no sólo quedaban impresionados al ver aquella masa de trabajadores convertida en diligente, pacífica y productiva. También quedaban impresionados por la relación de los trabajadores con Owen: se había convertido en una especie de padre, o quizá en una especie de noble señor propietario de tierras traducido a la industria.[18] La misma relación que sorprende hoy a los visitantes y estudiosos del modelo japonés de dirección de empresas: directivos y empleados de bajo nivel conviven bien cerca dentro y fuera del horario de trabajo, y a la vez la jerarquía es tan fuerte que no hace falta resaltarla con diferencias artificiales.
Revolución Industrial y Ludittas
Lo curioso es que la primera agitación obrera seria, especialmente violenta en los años 1811 y 1812,[19] no iba contra los severos capataces o altivos aristócratas, sino contra las máquinas y las innovaciones tecnológicas, a las que hoy, en perspectiva, vemos como el verdadero símbolo y señal de que se estaba produciendo la Revolución Industrial. No hay más que cotejar fechas para ver que Owen estaba en medio del polvorín, y que como hombre práctico no tenía ninguna duda de que las máquinas aumentaban la productividad y el bienestar de la población. Ekelund y Hébert afirman: "Mientras hacía una carrera de éxito en la industria textil, Owen observó los cambios en la vida económica y social provocados por la rápida introducción de la maquinaria. Las maravillas mecánicas representadas por las maquinas de hilar [de Arkwright (Water Frame, patente de 1769), Hargreves (Spinning Jenny, patente de 1770), y Crompton (Spinning Mule, híbrido de las dos anteriores, también llamada Mule Jenny, patente de 1779), Valdaliso y López, 2000, p. 96] contribuyeron a que Owen se convirtiera en un hombre rico." (p. 257) Añaden "pero su impacto también atrajo la atención de Owen hacia la situación del trabajador textil". El añadido es seriamente equívoco. Lo que llamó la atención de Owen no era el impacto negativo de la maquinaria sobre los trabajadores, sino todo lo contrario: como era posible que con el aumento tan formidable de productividad que suponían, los trabajadores siguieran viviendo en la miseria.
Para Engels, la respuesta estaba clara: el aumento de la productividad se iba íntegramente a pagar el interés del capital y los beneficios de los capitalistas, dice en el mismo capítulo de Socialism: Utopian and Scientific [1880]. Parece claro que Engels no comprende al Owen empresario. Porque para Robert Owen, lo importante era demostrar que, mejorando las condiciones de trabajo y la educación, se lograban empresas más rentables. El aspecto más llamativo de la economía de principios del siglo XIX era la contradicción entre el descubrimiento de posibilidades productivas desconocidas hasta entonces y que se consideraron ilimitadas, y la miseria escandalosa de las masas en un grado superior o al menos más visible que antes de las innovaciones tecnológicas. Pero mientras a Marx y a Engels esto les llevaba a defender la revolución como filósofos, a Owen le llevaba a intentar organizar empresas-comunidades, como empresario, filántropo o no. Casi dos siglos después podemos decir que quien tenía razón era Owen: el impulso filosófico marxista no pudo con el desastre productivo soviético.
La furia luddita se concentró contra las máquinas textiles.
En 1733, la "lanzadera volante" de John Kay multiplica el rendimiento del tejedor. El inventor fue primero expulsado de Colchester, perseguido luego de ciudad en ciudad, y finalmente tuvo que refugiarse en Francia. En 1758, Lawrence Earnshaw construye una máquina para hilar algodón, y la rompe nada más hacerla "para no quitar a los pobres el medio de ganarse el pan" (Sauvy, 1986, p. 45). En 1768, un mecánico hilandero sin instrucción, James Heargraves inventa la jenny, que reemplaza varios tornos. Los obreros asedian al inventor en su casa y destrozan sus máquinas. Heargraves morirá en la miseria. Hacia el final de siglo se forman bandas armadas que no pueden ser aplastadas más que por la artillería. Y más impotencia del poder que otra cosa representa la pena de muerte que se decreta en 1812 contra los destrozadores de máquinas, que no era simbólica: quince de ellos fueron ejecutados en la ciudad de York en 1813.
Estamos acostumbrados a venerar a Robert Owen por haberse gastado su fortuna en experimentos filantrópicos. Aquí estamos mirándole desde el punto de vista contrario:
la fortuna que se gastó la había ganado como empresario, y precisamente como empresario ocupado de los incentivos positivos para sus trabajadores.
Fue un pionero, con éxito, en entender la organización y la motivación dentro de la empresa, en el sector líder de la revolución industrial.
(Aunque las cooperativas no sean el tema de este trabajo, mencionemos que de este mismo problema tratan hoy los estudiosos y prácticos de las cooperativas: las que triunfan suelen ir unidas a una personalidad concreta fundadora, sea cual sea su papel formal en la cooperativa).
¿Por qué tuvo éxito Owen en la empresa de Manchester, con 500 empleados, y en New Lanark, con casi dos mil, y sin embargo fracasaron los experimentos que diseñó? Para entenderlo, hemos de corregir lo que el propio Owen pensaba que estaba ocurriendo. Owen entendía que New Lanark era la confirmación de que los trabajadores, una vez eliminados los castigos y la falta de consideración habituales en la empresa preindustrial, tenían ya –y tendrían en mucha mayor medida después de una educación adecuada– capacidad para autogestionar una empresa tan compleja como New Lanark o una comunidad como New Harmony. La realidad es que las comunidades que fundó fracasaban cuando él mismo dejaba de estar al frente. Su conocimiento de las técnicas de gestión, y su propio carisma ante los trabajadores, eran un elemento fundamental del éxito de sus empresas, éxito que él atribuía a los propios trabajadores moralmente mejorados. En 1826, los colonos de New Harmony exigieron que el propio Robert Owen dirigiera personalmente la comunidad, al menos durante el primer año, tal como se había estipulado en las condiciones iniciales. Owen volvió, y las cosas parecieron mejorar, al menos por un tiempo. Así, el 22 de marzo de ese año, un editorial del New Harmony Gazette decía: "Mientras hemos estado discutiendo ideas abstractas, hemos descuidado las soluciones prácticas. Nuestras energías se han gastado en esfuerzos inútiles ... Pero con la infatigable atención del señor Owen, el orden y el sistema se han introducido en todos los sectores de los negocios. En nuestras calles ya no se ve gente ociosa charlando; todo el mundo está ocupado seriamente en el oficio que ha elegido. Nuestras reuniones públicas, en lugar de ser el escenario de disputas oratorias, son ahora reuniones de negocios" (Robert Dale Owen, pp. 285-289). Parece claro que los colonos de New Harmony entendían bien la diferencia entre estar bajo la dirección técnica de un reputado y carismático gestor, o estar bajo la dirección política de un comité democrático profesionalmente incompetente.Alfred Marshall, que compartía con Owen y los socialistas utópicos, y con John Stuart Mill, el convencimiento acerca de la superioridad moral de la cooperativa como forma de organización, era consciente, en 1889, de que la "capacidad para los negocios", más importante cuanto más crecía la complejidad de las empresas en el mundo moderno, era lo que verdaderamente dificultaba la generalización de las cooperativas.[21] Resulta verdaderamente llamativo que Marshall, que jamás dirigió una empresa grande ni pequeña, fuera plenamente consciente de la importancia de la dirección profesional en los negocios; mientras que Robert Owen, que era uno de los gestores más reputados y mejor pagados de la época, minusvalorase de tal manera su propia tarea en la organización de la empresa y en la gestión de los recursos humanos. Los economistas clásicos ingleses contemporáneos de Owen, en cambio, entendía poco o nada de administración de empresas, y sólo se fijaban en las propuestas comunistas de Owen frente a la atractiva e individualista visión de Adam Smith (y, añadiremos, tan poco consciente de la Revolución Industrial que se está iniciando precisamente alrededor de 1776, fecha de publicación de La Riqueza de las Naciones: la fábrica de alfileres de que nos habla Smith tiene 10 o 12 empleados, no necesita administración de personal distinta de la atenta supervisión directa del capitalista o algún hombre de su confianza). David Ricardo, en 1819, critica, en una carta a un amigo, la idea de Owen de que mediante la cooperación voluntaria se podía incrementar grandemente la producción: "¿Puede una persona razonable creer, como Owen, que una sociedad, tal como él la proyecta, pueda prosperar y producir más de lo que hasta ahora ha sido producido por un número igual de hombres, si se encuentran estimulados por el interés de la comunidad en lugar de serlo por su interés privado? ¿No se alza la experiencia de las generaciones contra él?"[22] Podríamos contestarle que la triunfante experiencia empresarial de Owen se alzaba contra la consideración de los trabajadores como "hands", tanto como sus ideales humanitarios.
Otros socialistas utópicos precursores de la administración de empresas
Ya he dicho al principio que no pretendo aquí hacer un repaso a la historia del llamado "socialismo utópico", sino resaltar una faceta que generalmente no entra en las historias socialistas, que es su carácter de pioneros en el estudio de las relaciones laborales en la industria, un siglo antes de que Taylor, Fayol o Elton Mayo. La simpatía que sentimos hacia quienes, como los socialistas utópicos, se preocuparon por el bienestar de la parte de la población más maltratada por la revolución industrial; y la influencia de Marx y sus seguidores, que resaltaron su ceguera ante el conflicto de intereses, o lucha de clases, dentro de la fábrica y de la sociedad, han hecho que la faceta organizadora de los socialistas "utópicos", a mi entender la que los hace más relevantes en la actualidad, pase desapercibida cada vez que se les trata, con más o menos simpatía, desde el punto de vista de su contribución a la formación de las ideas socialistas.
Robert Owen es una figura sin parangón en este campo. Podemos encontrar otros autores que están preocupados por la eficiencia productiva cuando hablan de cooperativas, pero caen más cerca de la locura visionaria, como Charles Fourier (1772-1837), o del socialismo de estado, como Louis Blanc (1811-1882). Lo que sí encontramos es la admiración por la capacidad organizativa de los industriales. Owen no tenía que buscar fuera a esos industriales; curiosamente, es él quien menosprecia su contribución a la sociedad. Nada menos que el anarquista Pierre Joseph Proudhon (1809-65) que se opone a toda autoridad, muestra un respeto considerable por la organización de la industria. Juzgue el lector por este texto (sin pretender de ningún modo resumir en él la escasamente coherente obra de
Proudhon): "Es la organización industrial lo que pondremos en lugar del gobierno... En lugar de leyes, pondremos contratos... En lugar de poderes políticos, pondremos fuerzas económicas. En lugar de las antiguas clases de nobles, burgueses y campesinos, o de hombres de negocios y obreros, pondremos los títulos generales y los departamentos especiales de la industria: Agricultura, Manufactura, Comercio, etc. En lugar de fuerza pública, pondremos fuerza colectiva. En lugar de ejércitos permanentes, pondremos asociaciones industriales. En lugar de policía, pondremos identidad de intereses. En lugar de centralización política, pondremos centralización económica" (Idée générale de la révolution [1851], citado en Ekelund y Hebert, p. 262.)
"Los científicos, artistas, e industriales y los grandes empresarios manufactureros son los individuos que poseen la habilidad mayor, más diversificada y positivamente útil para conducir a los hombres en el momento presente. Son los que deben ser depositarios del poder administrativo".
"Los industriales más importantes son entre todos los miembros de la sociedad, aquellos que han dado pruebas de la mayor capacidad en administración positiva, los éxitos que han obtenido en sus empresas particulares han contrastado su capacidad en ello".
No pretendo menospreciar el papel que han desempeñado los socialistas utópicos como pioneros del socialismo, y su no escasa contribución, incluso como visionarios, al progreso de la humanidad. Lo que he intentado es sacar a la luz su faceta de organizadores de las unidades productivas, en cada uno de sus detalles. Su apelación a la razón y a los buenos sentimientos de las clases pudientes les alejó de los marxistas; el libro de Wilson precisamente cuenta cómo todo el pensamiento socialista culmina en la Revolución bolchevique de 1917. Pero ese alejamiento del radicalismo les hizo también no dejar para "después de la revolución" los aspectos concretos de la organización de las unidades productivas. Todos tienen en este terreno algún mérito; y la figura y la obra de Robert Owen resulta ser mucho más relevante para entender las relaciones laborales de hoy que la corriente marxista que los etiquetó como "utópicos" desde el Manifiesto Comunista.
Las realizaciones concretas de Robert Owen no son nada utópicas, sino incluso rentables, y señalan la vía por donde deben caminar los estudios sobre las relaciones laborales: no por el voluntarismo, revolucionario o reformador, sino por la aplicación práctica de métodos de gestión que a la vez aumenten la productividad de la empresa y el bienestar de sus trabajadores. [23]
(...)
BIBLIOGRAFÍA
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Wilson, Edmund (1972), Hacia la estación de Finlandia [To the Finland Station, 1940], Madrid, Alianza.
(...)
[1] Agradezco a Jose Luis Ramos sus comentarios a varios borradores de este texto.
[2] Hoy, los economistas radicales, herederos del marxismo, y que han dado un empujón importante al estudio de la organización de la sociedad y de las empresas, desechan la teoría del valor-trabajo y destacan como mérito principal de Marx haber llevado la atención de los economistas hacia las relaciones laborales. Véase Bowles, Samuel, "El proceso de producción en una economía competitiva: los modelos de Walras, neohobbesiano y marxista" [1985] en Putterman (1994), pp. 407-437. "El aspecto distintivo de la microeconomía marxista respecto de los enfoques walrasiano y neo-hobbesiano tiene muy poco que ver con la teoría del valor. Su atención principal se centra en la interacción entre las relaciones voluntarias de mercado y las relaciones de mando (command relationship) en el lugar de trabajo" (p. 409).
[3] Véase Santos y Ramos (2000) para una revision moderna de los socialistas utópicos dentro de la historia del socialismo.
[4] El término "empresa moderna" se utiliza, siguiendo a Chandler, con un significado concreto: empresa multidivisional, con gran aportación de capital y dirección profesional separada de la gestión. En este sentido, como señala García Ruiz (1994), las empresas británicas de la Revolución Industrial estaban lejos de ser "empresas modernas". Pero si comparamos las primeras fábricas con los talleres artesanos anteriores, no creo exagerado afirmar que los primeros pasos hacia la empresa moderna se dan con la centralización de los trabajadores en la fábrica y el uso de maquinaria a gran escala.
[5] Morton, p. 78, dice "Owen estuvo constantemente frustrado por socios que sólo buscaban el máximo beneficio" (p. 78). Esto no concuerda ni siquiera con la descripción que hace Owen de su carrera empresarial hasta 1814. La biografía de Morton, la mejor de las disponibles, es un ejemplo de la forma como se aborda normalmente su estudio por parte de los intelectuales socialistas: más aún que este enfoque, llama la atención el que la carrera empresarial de Owen ocupe apenas cuatro páginas. En el New Palgrave, no solo dedica dos líneas, de una página entera, a la carera empresarial de Owen, sino que ni siquiera incluye su Autobiografía como obra relevante de Owen. En este caso, creo que más que muestra de "historia del socialismo" es muestra de cómo los economistas no se ocupan de la administración de empresas.
[6] Owen dejó su puesto de director de las fábricas de New Lanark en 1825. En 1824 había marchado a Estados Unidos, y volvió a Inglaterra poco después de la inauguración de New Harmony, en mayo de 1825. Volvió a América en enero de 1826, y refundó New Harmony basándolo en la igualdad absoluta. Para la primavera de 1827, New Harmony había prácticamente acabado en fracaso. En 1828 Owen vendió su participación en New Lanark. En 1829 regresó a Inglaterra (Morton, p. 30). New Lanark siguió siendo un importante centro manufacturero durante mucho tiempo: hacia 1968 las viejas ruedas habían sido sustituidas por turbinas que producían electricidad para la fábrica. La combinación de cambios en la tecnología y en los mercados fue expulsando del negocio al establecimiento. En 1968 cesó la producción, y entonces ya sólo vivían allí 50 personas. Ahora es un importante centro turístico.
[7] Engels, Socialism: Utopian and Scientific [1880], Primera Parte, "French Socialism" (lo trata junto con Fourier). Cita parcial, en Morton, p. 182.
[8] Clough y Rap, pp. 322-332, ofrecen una descripción detallada del proceso de mecanización de la industria textil en Inglaterra y Escocia en la Revolución Industrial, explicando en qué consistía cada una de las labores de hilado y tejido.
[9] Margaret Cole (1969, p. 57) nos dice que Samuel Oldknow, industrial bien conocido por Owen y abundantemente citado en su Autobiografía, ya había establecido, veinte años antes, un registro individual en su propia fábrica, que Owen bien podía haber visto. Lo que sí era totalmente original de Owen es la elaboración del cubo de forma que el registro de la conducta sea visible para todos.
[10] El libro de Wilson sigue siendo magnífico, pero el tiempo ha hecho que lo que en su ágil narrativa es la llegada a puerto del pensamiento revolucionario (la revolución bolchevique de 1817 en Rusia) tuviera que ser hoy, para cualquiera que se acerque al mismo fenómeno, la caída del muro del Berlín y la quiebra de la Unión Soviética. La historia completa suena muy diferente en el año 2000 de lo que sonaba en 1940.
[11] Morton, p 177-8, recogiendo un extracto del propio William Lovett, Life and Strggles [1876], pp. 44-45. También lo recoge Wilson, p. 117.
[12] Extractos de Owen, recogidos en Morton, p. 172. También se hizo adepto a la Frenología, pseudociencia de moda entonces. Para verse una historia de la frenología en
[13] Valdaliso y López (2000), que se ocupan más del papel de Owen en la promoción del gran sindicato birtánico en 1834 (p. 219) que de su experiencia como industrial, ponen a New Lannark bajo la etiqueta de “colonia utópica”, similar al falansterio de Fourier (p. 74), a mi entender erróneamente.
[14] Su hijo Robert Dale afirmaba que Owen normalmente miraba los libros solo por encima, sin leerlos en serio, y muchas veces los despreciaba con el comentario de que "los errores fundamentales que comparten todos los hombres hacen a estos libros de muy poco valor." Gatrell lo recoge, junto con otros testimonios similares de personajes nada sospechosos de enemistad con Owen, como Jeremy Bentham, Francis Place, o Hazlitt, y sentencia que resultan verdaderamente creíbles ("This is all too credible", Gatrell, en Owen 1970, p. 27).
[15] Leibenstein, H, "Eficiencia de asignación y eficiencia X" [1966] , en Putterman, 1994, pp. 209-214.
[16] "I have found other and very important advantages, in a pecuniary view, from this arrangement and these plans. In consequence of the individuals observing that real attention is given to their improvements, they are willing to work at much lower wages at that at others at no great distance, which are esteemed to be upon the best plans in the country, with all the newest improvements..." Robert Owen, ante el Parlamento, Evidence of Robert Owen on Conditions at New Lanark, 1815.
[17] Aquí se equivoca Casado. El propio Owen destaca que sus trabajadores no se marchas a pesar de tener cerca fábricas modernas y que pagan salarios más altos. Lo mismo recogen los testimonios de unos visitantes de Leeds en 1819, que llegan a decir "entre nosotros, estos salarios serían considerados más bien bajos", recogido en Morton, p. 80-81. Morton, p. 20, lo acepta, aunque atenuado por el hecho de que "Escocia y el Riding Occidental gozaban en aquella época de distintos niveles de prosperidad", y concluye: "No se debe olvidar que, contrariamente a lo que a veces se ha dicho, los salarios no excedían en mucho de lo normal".
[18] Gatrell, p. 43, considera que Owen se había convertido en una mezcla de padre y de señor feudal industrial ("He had become something of a father, perhaps, too, something of an industrialists squire, even though he wore manufacturer's clothes"). Gatrell destaca que lo que esto significa es la defensa cerrada por Owen del orden jerárquico tradicional, incompatible con el socialismo moderno. Lo que a nosotros nos interesa es cual de las facetas de Owen, la paternalista o la sistemática, estaba funcionando como motivación de los trabajadores.
[19] Sobre los ludditas, véase
[20] Morton, pp. 86-87, tomado de Relief of the Poor [1817]. N. W. Thomson, en la voz "Owen, Robert" del New Palgrave, "Owen, Robert", sin embargo, afirma rotundamente: "For Owen the realization of economic prosperity for all was obstructed by the tendency, in a competitive market economy, for rapid mechanization to create 'a most unfavourable proportion between the demand and supply of labour'", y que por eso creó el National Equitable Labour Exchange: asegurándose que el trabajo se cambia sólo por trabajo, se asegura, aparte de que sea el trabajador quien se apropie el excedente, que la demanda agregada y la oferta agregada crezcan pari passu. Salvo la frase "in a competitive market economy", que puede hacer esta afirmación plenamente compatible con la visión positiva de la mecanización, no encuentro en lo que he leído de Owen (Morton, pp. 88-89) la justificación a estas afirmaciones de Thorton.
[21] Véase Santos (1994), pp. 188-191, y Santos (1997), cap. 2.
[22] David Ricardo, Letters to Trower, ed. Bonar and Hollander (Oxford, 1899), p. 80. Citado en Gatrell, p. 63.
[23] Este "Discurso" ("An Address") fue incluido en todas las ediciones como Prefacio al Tercer Ensayo de A New View of Society. Este Tercer ensayo fue escrito al final de 1813, y circuló ampliamente, impreso como folleto, antes de que los 4 Ensayos fueran publicados conjuntamente, como segunda edición de A New View of Society, en 1816. Gatrell, en su Introducción a la edición de Penguin de las obras de Owen (p. 39-40) dice que este escrito puede ser incluso irónico, cosa que cualquiera que lea la Autobiografía de Owen no puede creer de ninguna manera. Pero incluso Gatrell explica después que los problemas a los que se enfrentó Owen en New Lanark fueron los mismos con los que se enfrentaban los industriales de la época en sus fábricas, y la manera de resolverlos de Owen fue plenamente rentable.
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