Las negrillas, citas en bloque y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.
Tomado de:
http://www.eumed.net/ce/2008b/fjcv.htm
Una aproximación cultural a los términos Empresa y Empresario
Una explicatio terminorum al modo de los filósofos medievales sobre el termino empresa podría arrojar bastante luz acerca del concepto de empresa. Por ello, la etimología castellana de la “empresa” puede contribuir, con mucho, a mejorar el perfil de su definición. En este sentido,
probablemente sea Sebastián de Covarrubias (1611) (1) el primero de los clásicos de la lengua castellana en realizar una aproximación al concepto de empresa, a partir del termino emprender, del latín apprehendere, cuyo significado básico según Covarrubias es: ….“Determinarse a tratar algún negocio arduo y dificultoso”… de donde deriva la nocion de “empresa”, …“porque se le pone aquel intento en la cabeza y procura executarlo y de alli se dixo empresa el tal acometimiento”...Por ello empresa tiene mucho que ver con la decisión de acometer, emprender alguna tarea difícil con el coraje, la valentía, la resolución y la obstinación de llevar a cabo tal propósito (2).
“Y porque los caballeros andantes acostumbraban pintar en sus escudos y recamar en sus sobravestes estos designios y
sus particulares intentos se llamaron empresa,
De ahí que concluye Covarrubias: …
“De manera que empresa es cierto símbolo o figura enigmatica hecha con particular fin, endereçada a conseguir lo que se va a pretender y conquistar o mostrar su valor y ánimo”.
Tales significados básicos aparecen como cantera de materiales de las distintas construcciones posteriores, así
Martín Alonso (1986) en el Diccionario Medieval Español, considera a la empresa como: “Acción ardua y dificultosa que valerosamente se comienza” o bien como “intento o designio de hacer una cosa”, e incluso “obra o designio llevado a efecto, en especial cuando en el intervienen varias personas”.
Martín Alonso (1947; 1982) en su obra “Enciclopedia del Idioma” va a definir la piedra angular, el triángulo básico sobre el que se asienta gran parte del idioma y cultura empresarial,
a partir de las interacciones entre los conceptos de Emprendimiento, Emprendedor y Empresa, a partir de su raíz primigenia el término Emprender, cuyos significados básicos serían, por una parte “producir o brotar”, por otra “empezar o acometer una obra o negocio” y por ultimo “arder”.
A partir de aquí Emprendedor es quien “emprende con resolución acciones dificultosas” y Emprendimiento será la acción y efecto de emprender, por lo que la Empresa es el resultado de las acciones del emprendedor, lo que hace el emprendedor (3). Se trata de acciones que aparecen marcadas por lo incierto de su resultado y en este sentido por el riesgo y la aventura, que se configuran como inseparables compañeros de viaje del emprendedor.
el Diccionario general de la Lengua Española (Larousse, 1984) entiende por Emprender: “Acometer alguna cosa resuelta y decididamente con ánimo de ponerla por obra o ejecutarla” y por Empresa: “Acción de emprender y cosa que se emprende”.
El concepto moderno de empresario aparece siguiendo a Gonzalez Seara (2004) (4) en Francia, donde el denominado entrepreneur aparece primero como estratega militar, para posteriormente designar a los contratistas de bienes y servicios para la administración pública.
Va a ser Cantillon (1950) (5) quien por primera vez utilice la palabra empresario con un significado moderno, es decir como quien asume el riesgo y la incertidumbre de emprender una determinada actividad económica. En los textos de Cantillon la figura del empresario aparece definida por los permanentes ajustes que debe realizar entre el valor de lo que adquiere (Precio cierto o concreto) y el valor de lo que vende (precio incierto)
NOTAS
1. Covarrubias, S. (1611/1647): Tesoro de la Lengua Castellana o Española. Edición de Martín de Riquer (1998) pag. 509.
2. Significado básico que también aparece corroborado en la lengua italiana, donde la etimología de impresa (impresa/impreso p.p. de imprendere, derivado del latino imprehensa) sigue un camino paralelo al español en el sentido de afrontar, asumir o acometer una tarea que implica dificultad.
3. Recuperando y replicando la raiz latina del termino empresa, es decir la Imprehensa, (cogida o tomada) y sus correlatos italianos Impreso e Imprésa como participios pasivos de Imprendere.
4. Gonzalez Seara, L.(2004) : la responsabilidad social de la empresa. En Revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Nº 50, pags. 13-20.
5. Cantillon, R. (1950): Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general. Fondo de Cultura Económica, Méjico. Traducción de M. Sánchez Sarto, incluye el estudio de Jevons(1881) sobre la obra de Cantillon.
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